¿Cómo está el Poder Judicial Federal y la impartición de justicia en NL?
La cita será en Cintermex, a las 8 p. m.
¿Por qué vale la pena leer este libro? Por un lado, porque es una radiografía del Poder Judicial mexicano y de sus flagrantes errores y torceduras del derecho.
Por otro lado, porque el autor no se queda en el simple diagnóstico, sino que señala culpables.
Se trata de no repetir los excesos, abusos y arbitrariedades en juzgados y tribunales.
Hernán Gómez se enfoca específicamente en la presidencia de Arturo Zaldívar en la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) entre 2019 y 2022.
El respaldo de su tesis, con los testimonios de más de 70 jueces y magistrados, documentos inéditos y una investigación que no da tregua, expone un sistema judicial donde, en muchas ocasiones, la balanza de la justicia no se inclina hacia la equidad, sino hacia los intereses del poder político.
Para darle un sustento abstracto al libro de Hernán, me basé en otro libro de carácter teórico.
Tiempos difíciles para la constitución: las confusiones de los constitucionalistas, cuyo autor es uno de mis referentes en la rama del derecho, el gran jurista italiano Gustavo Zagrebelsky.
Pareciera como si el italiano se refiriera a los juristas investigados por Hernán, al mencionar atinadamente.
“En países civilizados, al lado de un gobernante propenso a la arbitrariedad, se encuentra casi siempre un jurista que normaliza y coordina las voluntades excesivas de aquel”.
Según Gómez Bruera, el “Ministro de Palacio” encarna a ese jurista que, desde las sombras, orquesta el “negocio de la justicia”, traicionando la independencia judicial.
¿Podría la reforma judicial en curso curar a un sistema enfermo? No lo sé.
¿Podremos salir del voluntarismo excesivo sobre el que teoriza Zagrebelsky y que desnuda Hernán?
Muchos jueces y magistrados han denunciado ambientes de acoso por parte de sus superiores, con reuniones clandestinas y amenazas veladas para doblegarlos en casos clave contra particulares.
Así que, en variadas ocasiones, lejos de ser un guardián de la imparcialidad, la SCJN se ha convertido en un garrote para moldear sentencias a conveniencia del poder y perpetuar la sumisión.
Tráfico de influencias, pactos con bufetes jurídicos, uso faccioso de las leyes: son tumores cancerígenos.
Como un juego de espejos con el libro de Hernán, el italiano Zagrebelsky lo resume así:.
“Los políticos arbitrarios se valen del despotismo; sus juristas se valen, como apoyo, del derecho”.
Envueltos en la bandera de la legalidad, un grupo de juzgadores ha tejido un despotismo que asfixia la justicia, mientras los ciudadanos nos quedamos a la deriva.
Extorsiones que son el pan de cada día.
Desarrolladores inmobiliarios en Nuevo León que se pasan la ley por el arco del triunfo, manipulan concursos mercantiles y hacen de las resoluciones judiciales una simple mercancía.
Esa camarilla enquistada en los altos mandos presiona a jueces para emitir fallos a modo, mientras intermediarios orquestan un mercado negro de sentencias.
Este modus operandi ha transformado la justicia en un mercado.
Zagrebelsky habla de un derecho torcido para legitimar la corrupción.
Lejos de democratizar, esa camarilla, convertida en caballo de Troya, busca “someter, depurar y capturar” al PJF.
¿Fueron un remedio las elecciones de jueces por voto popular en junio de 2025, con su baja participación y 800 casillas anuladas? Habrá que verlo.
Zagrebelsky nos recuerda: “En el punto donde se cruza un gobernante abusivo y un jurista obsecuente, se establece un despotismo que apenas deja respirar a los ciudadanos”.
Tras la publicación del libro de Hernán, El Ministro del Poder, muchos vicios y defectos en el PJF no han cesado y muchos casos, incluso, se han exacerbado.
Las cosas como son, falta mucho camino por recorrer.
Está pendiente el proceso de voto popular de la mitad de jueces y magistrados, y su implementación sigue bajo escrutinio público.
Se supone que la rendición de cuentas pública y el Tribunal de Disciplina frenarán tanta extorsión, pero eso está por verse.
La despolitización ciudadana también es un desafío mayúsculo; requiere librarnos del paternalismo y de la tutela extralegal del gobernante en turno.
El éxito de una correcta impartición de justicia dependerá de jueces y magistrados independientes, vigilancia ciudadana y ruptura con las redes viciadas de poder.