¿Cuál es el grave error del PAN de NL denominado 'Síndrome de Mogadiscio'?
Ignoro si la declaración de intenciones de Jorge sea algo bueno, malo o neutro.
Más clara queda la alineación de derecha que propone el PAN con su eje de postulados: “Patria, Libertad y Familia”.
Porque, en realidad, aunque la mayoría de los panistas no lo sepan —por ignorancia—, no hay solo un tipo, sino muchas modalidades de derecha.
No es lo mismo conservadurismo que el libertarismo, e incluso dentro de este último hay divisiones entre minarquistas, anarcocapitalistas y paleolibertarios.
En otra columna les explico las diferencias, que van más allá de meros matices, para no desviarme del tema.
El PAN nacional ha decidido, desde hace días, ser un partido conservador, y para eso le estorbaba su alianza con el PRI, partido estatólatra y colectivista de facto y de jure, pese a sus ocasionales tentaciones neoliberales.
A fin de que este deslinde ideológico quede evidente para propios y extraños, el comité nacional tomó tres decisiones tajantes:
- Ruptura con alianzas políticas tradicionales.
- Apertura a la sociedad civil y candidaturas externas.
- Facilitación de las afiliaciones.
Todo quedó sellado con un cambio de logotipo que a mí no me gustó, pero no soy diseñador gráfico; soy analista político y no doy para más.
Estos cambios —unos de fondo y otros cosméticos— se derivan de la rotación de señoríos en ese partido, de la búsqueda de nuevos socios estratégicos y de la conclusión de aquella práctica que tenía el PAN de franquiciar cada uno de sus comités estatales.
El problema es que algunas de esas franquicias se volvieron regionalmente más poderosas que la propia matriz, y muchas figuras locales se volvieron caciques partidistas.
Cada formación política configura un esquema operativo que le resulta funcional, hasta que deja de serlo.
Cuando la candidata presidencial Xóchitl Gálvez salía en la foto con Alito Moreno, el esquema operativo del PAN dejaba de ser funcional.
Ante nuevas circunstancias y nuevos acuerdos, los jefes locales recomponen sus negociaciones con los jerarcas nacionales.
Pero se hace en privado, en cortito.
Sin embargo, el PAN de Nuevo León decidió ventilar sus diferencias con el PAN nacional.
Policarpo Flores, dirigente estatal —hasta ahora—, dijo que no aceptaría romper con las alianzas políticas tradicionales y, por tanto, que no aceptaba su eje de postulados.
“Patria, Libertad y Familia”.
Aquí es donde entra el Síndrome de Mogadiscio, que a mí se me ocurrió inventar para este tipo de errores garrafales.
Como recordarán algunos lectores que tienen mi edad —de los más jóvenes no respondo—, en 1993 EUA tuvo la mala idea de meterse en terrenos desconocidos.
Ni la CIA ni el Departamento de Estado conocían Somalia.
Ese país estaba sumido en una guerra civil, de todos contra todos.
Y peor, en esa pugna no había buenos ni malos.
EUA no sabía de las pugnas entre somalíes, de las rivalidades tribales y de la situación política tan voluble como flamable.
Kissinger, ya jubilado, planteaba dos opciones, o detectar cómo estaban realmente la situación allá, dejando que las cosas fluyeran, para después tomar, tranquilamente y con calma, una decisión realist.
O romper relaciones diplomáticas de cuajo con ese país.
La Casa Blanca no hizo ni una cosa ni la otra.
Mandó a un comando militar para expresar su rechazo a la situación tan revuelta, y todos los bandos somalíes se llevaron de encuentro a los entrometidos. Aniquilaron a todos los SEAL’s.
La moraleja fue clara y aplica también para la política:
si se presentan escenarios nuevos o distintos a los que conocías primero estúdialos y desentraña sus motivaciones.
Kamala Harris quiso ganar la elección presidencial a Trump saboteando a los barones que dominan el Partido Demócrata, y ni ganó la Presidencia, ni pudo pactar después con sus homólogos demócratas.
Y ahora es una zombie que culpa de su derrota a Joe Biden, a Barack Obama y a Hillary Clinton.
Dicho de otro modo, Kamala Harris fue víctima del Síndrome de Mogadiscio.
Los dueños del PAN en Nuevo León han decidido no estudiar el terreno desconocido por el que se internó el PAN nacional.
Han decidido ponerse en contra de la nueva identidad de su formación política, han decidido negarse a romper con las alianzas tradicionales —cuando quizá, si esperaran pacientemente y con astucia, se hubiesen salido con la suya negociando en cortito con los jerarcas nacionales—, y han decidido entrar a una confrontación traidora.
Santiago Taboada, secretario nacional de Acción Política del PAN, ya los regañó públicamente.
Les advirtió a los rejegos albiazules nuevoleoneses que las decisiones se toman no a nivel local, sino a través del Comité Ejecutivo Nacional.
Dijo Taboada:
"Legalmente, el único que tiene la facultad de suscribir un convenio de alianza con otro partido es el Comité Nacional, es importante hacer la precisión porque leíamos una declaración en contra del dirigente estatal de Nuevo León, Policarpo Flores, pero el caso de una alianza no es facultad del Comité Estatal, es facultad del Comité Nacional".
Si no es para ganar, no te metas a terrenos ajenos.
Si no conoces el terreno, no lo pises.