Por lo pronto

De político a vendedor de espejos

Rodin DETONA: Con su indistinto carisma y persuasión, lograba vender los espejos a sobreprecio, prometiendo que traerían suerte y felicidad a quienes los compraran.
Por Rodin
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Había una vez un político quien alguna vez fue gobernador llamado Alejandro, que por azares del destino se hizo vendedor de espejos en un intento por ganarse la confianza de los ciudadanos y mejorar su decaída imagen pública.

Se dice que Alejandro era un hombre carismático, capaz de lograr convencer a muchas personas de comprar sus fantasiosos espejitos con promesas de abundancia, mejoría y salud. 

Calderón DETONA aquí.

El ejecutivo estatal, metido a vendedor de espejos, recorría en su flamante camioneta importada algunas ciudades del estado ofreciendo sus novedosos productos a todo aquel individuo que se cruzara en su camino.

Con su indistinto carisma y persuasión, lograba vender los espejos a sobreprecio, prometiendo que traerían suerte y felicidad a quienes los compraran.

Incluso llegaba a mentir a los interesados al simular tener cientos de espejos en su bodega cuando no era una realidad, ya que el embarco de espejos se tardaba en arribar cuando menos de 2 a 3 años.

Sin embargo, la verdad sobre los espejos de Alejandro era que procedían de muy baja calidad y se empañaban fácilmente, distorsionando la figura de quien se reflejara en ellos.

Pero el mañoso político conseguía convencer a la gente de que los defectos eran parte de la antigua magia de los espejos y que solo los verdaderos creyentes podrían ver su inigualable belleza.

Rodin
Editorialista desde hace 4 años. Escribe en regio.com. Monitor Político, Scriptamty, Diario Digital, La Talacha Noreste; además de ser editorialista de Radio 1190 am.