El México de la orfandad

​​​​Casi 400 mil niñas y niños mexicanos han quedado huérfanos en los últimos años

Han perdido a su madre, padre o a ambos, por múltiples causas, pero una es central: el desamparo.

Hasta marzo 2021, 131 mil eran huérfanos del COVID.

Casi 276 mil por la violencia del narco. Mil más, por feminicidios.

Ser huérfano es carecer del afecto, el cariño, la protección natural de los padres.

Son destinos solitarios. A menudo olvidados.

Es parte de la radiografía profunda del estado social de México: la que muestra la raíz familiar fracturada.

Los hogares rotos de México son millones

A los huérfanos de la violencia hay que sumar a aquellos que también vieron a su padre o madre partir: a buscar un destino mejor allende México por ese otro tipo de violencia que es el hambre.

Esta fractura explica, en parte, los niveles de descomposición que padecemos.

La formación de valores que es el hogar está rota

Niños solos, que encuentran los ejemplos en la calle; la protección en las pandillas, el escape en adicciones.

El Estado mexicano perdió hace mucho su vocación social.

No la ha recuperado y la nación se consume por la indiferencia.

Tenemos un ejército de niños huérfanos, de padre o madre, pero también de destino.

El gran esfuerzo nacional debería enfocarse en paliar esta tragedia, en ofrecer un abrazo de solidaridad y calor a todas y todos quienes, hoy, han sido borrados de nuestro afecto.

Fernando Vázquez Rigada

Cursó la Licenciatura en Derecho de la Universidad Nacional Autónoma de México donde se tituló con mención honorífica, y obtuvo su Maestría en Derecho en la Universidad de Harvard con la tesis: “Un País para Todos: Derecho Electoral y Democracia en México”. Tiene un Diplomado en Mercadotecnia Política por el ITAM y fue el primer mexicano en ser admitido en el “Bradshaw Seminar” de la Universidad de Claremont, Cal.