Fue sólo un accidente
Es una caja de Pandora en la que vamos conociendo, uno a uno, el sufrimiento, las torturas, el abuso y la desesperanza que vivieron estos personajes.
Así, aunque no vemos explícitamente toda esta serie de abusos por parte de los torturadores; a partir de sus relatos y sus exabruptos nos adentramos en las humillaciones, torturas, azotes, descargas eléctricas, simulacros de ahogamientos y agresiones sexuales que sufrieron.
La historia parte de ciertos acontecimientos fortuitos que provocan que una familia (papá, mamá e hija) se vea en la necesidad de hacer una parada por una falla mecánica de su auto.
Y es en esta situación que se trasladan a un taller donde el padre, de nombre Eghbal, es reconocido por el mecánico Vahid como el verdugo torturador de la prisión de Evin.
Pero a pesar de reconocer al torturador, Vahid no realiza nada en ese momento sino hasta el día siguiente que logra secuestrarlo.
Todo indica que Vahid se vengará de Eghbal; pero al momento de estar enterrándolo vivo surge la incógnita de si realmente se trata del torturador o no.
Ésto debido a que astutamente Eghbal le indica que la pata de palo que tiene es de una operación reciente y no de un accidente añejo.
Además hay la duda por parte de Vahid porque los prisioneros siempre enfrentaron a su torturador con los ojos vendados.

A partir de este momento inicia la “travesía de verificación de identidad” de Vahid con sus antiguos compañeros de prisión.
Y como diría Shakespeare surge el dilema: “to be or not to be”.
Y en este caso en particular la pregunta es:
- ¿Qué hacer con el presunto torturador?
- ¿Qué hacer con su existencia?
- ¿Debe sufrir lo mismo que ellos padecieron?
Y en el fondo debe haber venganza o compasión con el torturador.
Este es el cuento, con toques de humor negro, que nos narra Jafar Panahi.
Director que fue arrestado y condenado por el régimen iraní y que ya estando libre se atrevió a realizar el film en la clandestinidad debido a las prohibiciones que le impusieron.
Para finalizar podemos decir que se trata de un film emotivo, divertido, reflexivo con un final aterrador que obtuvo la Palma de Oro en Cannes y que afortunadamente es posible disfrutarlo sin que aparezca la Policía de la Moral iraní para impedirlo.
