Opinión

La nueva charcutería: menos caos, más historia en la mesa

Roberto Echeverría Venegas DETONA® Hubo un tiempo en que las tablas de charcutería eran una explosión desordenada: quesos,embutidos, frutas, nueces, panecillos y hasta chocolates peleándose por espacio. El objetivo era impresionar por abundancia, no por intención.
https://vimeo.com/1091444957

Pero hoy la tendencia cambió.

La nueva charcutería busca contar una historia: menos caos, más narrativa. Mini-tablas temáticas, composiciones minimalistas, experiencias diseñadas para ser compartidas y fotografiadas... pero también para disfrutarse con calma.

No es solo estética: es una manera de replantear cómo socializamos en la mesa, de hecho, cada vez más anfitriones utilizan estas tablas como el punto de arranque de sus reuniones.

La charcutería cumple el papel de rompehielos: todos se acercan, pican algo, conversan alrededor, y la mesa se convierte en el primer escenario de la convivencia.

No se necesita gran protocolo, basta con disponer algunos quesos, un embutido bien elegido y un par de acompañamientos para que fluya la charla.

Una tabla puede ser un viaje —del queso local al curado europeo, de un chutney de mango al piloncillo del norte, puede ser un guiño cultural, como una charcutería plant-based con vegetales asados y hummus, o una que celebre el verano regio con cabrito, quesos asaderos y salsas en molcajete.

La charcutería moderna no trata de tener “de todo un poco”, sino de ofrecer pocos elementos bien elegidos que conversan entre sí. Y ahí está la magia: en que cada bocado sume al relato que el anfitrión quiere contar.

En Monterrey, donde la carne y el asador son parte de la identidad, una tabla temática puede ser la versión elegante y contemporánea de nuestra hospitalidad. Menos saturación, más intención.

Porque al final, no se trata de mostrar lo que tenemos, sino de compartir quiénes somos.

Conocer, es no excederse.
https://vimeo.com/1115590494
https://vimeo.com/1015118818
https://vimeo.com/1091496933