No te preocupes, Adán
Caminaron sin fricciones.
Adán fue el candidato natural a la gubernatura de Tabasco en 2018 y arrolló con 61% de los votos.
Asumió el cargo en simultáneo al presidente López Obrador, quien en agosto de 2021, a la voz de “es mi hermano”, lo sacó de ahí para volverlo un poderoso secretario de Gobernación, hasta que las reglas de Morena lo obligaron a renunciar en 2023 si quería ser candidato presidencial.
No ganó, pero las reglas determinaron que sería líder de la bancada guinda en el Senado.
Vive tranquilo desde entonces, pese a algunas tolvaneras.
Ayer la presidenta Sheinbaum negó que su gobierno lo investigue por el caso del prófugo Hernán Bermúdez, secretario de Seguridad con Adán en Tabasco, hoy perseguido por supuestos nexos con los criminales.
Faltaba más.
Una sospecha de ella apuntaría a la miopía o complicidad de López Obrador por no haber visto o querido ver “la pudrición” (el secretario de Gobierno de Tabasco, José Ramiro López Obrador, dice ahora) en la entidad antes de traerlo a Bucareli, proyectarlo como posible sucesor en Palacio Nacional y luego regalarle la batuta senatorial.