Para que haya tango, se necesitan dos

SI FUERA...

...por fotografías, (aunque el nuestro insista en abrocharse los dos botones del saco) parecería que los presidentes de México, Estados Unidos y Canadá, sobre todo sus esposas, se llevan a toda madre.

Sabrá Dios que se hayan dicho en las reuniones privadas, pero en las públicas, los discursos son inocuos, superficiales, llenos de buenas intenciones, en medio de sonrisas y hasta carcajadas.

Lo más sobresalientes es la conformación de una comisión, integrada por 12 personalidades de cada país (¿por qué doce, por qué no once o trece?) para convencer a ciudadanos, trabajadores y empresarios, de que vale la pena estar unidos en un bloque continental norteño, recordando aquella frase de que un camello es un caballo diseñado por un comité.

Si alguien esperaba pleito, no lo hubo (y qué bueno)...

PARA QUE...

...se supiera quien escribió (e impuso) el acuerdo, la Casa Blanca, desde Washington, dio a conocer el contenido de los acuerdos de la Cumbre, antes de que se discutiera; donde destaca más el temario de la agenda de Estados Unidos, como la contención de la migración, la necesidad de una integración económica regional y el combate al tráfico de fentanilo.

Tanto Biden, como el canadiense Justin Trudeau, abogaron por el desarrollo de las energías limpias. AMLO prefirió nadar de muertito, y no mencionó nada al respecto, aunque firmó los acuerdos.

Pero eso sí, se comió el micrófono a la hora de las preguntas y respuestas con los reporteros: 13 minutos de bienvenida y 28 minutos sin dejar hablar a sus invitados y donde no mencionó nada discrepante, como la política energética, particularmente la eléctrica.