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Salud: estas ruinas que ves

México es la nación con el mayor número de decesos entre el personal de salud ocasionado por la Covid 19.

Dentro de los cambios que emprendió la actual administración con gran ahínco fue la modificación del funcionamiento del sector salud y el rediseño de la política educativa, los cambios emprendidos han enfrentado resistencias, su carácter y alcance se han distinguido por la centralización y la recuperación de espacios que antes compartía con el sector social y privado.

 

En el caso del sector salud, las modificaciones han comprendido la conclusión del programa Seguro popular, el rediseño de los procesos de adquisición de medicamentos y una dilatada reforma administrativa, la cual incluyó entre otras la extinción de la Comisión Nacional de Arbitraje Médico (CONAMED) y la incorporación de la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (COFEPRIS) a la Secretaria de Salud de forma directa.

El propósito de dichas modificaciones era eficientar al sector salud en su conjunto y combatir y acabar con la corrupción rampante según se comentó.

Sin embargo, dichos propósitos han generado una crisis en dicho sector, más allá de los discursos y la estridencia de las declaraciones cotidianas, lo cierto es que hoy en día el estado del sector salud en nuestro país es peor al que se tenía en 2018.

Hace unas semanas el doctor Julio Frenk Mora, extitular de la Secretaría de Salud y el investigador Octavio Gómez Dantés publicaron el artículo Salud:

Estas ruinas que ves...

...donde presentan un balance del estado en que se encuentra la cobertura de los servicios de salud en México.

Dicho artículo señala que, derivado de la extinción del Seguro popular y considerando las evaluaciones del Consejo Nacional de Evaluación de Políticas de Desarrollo Social (Coneval) en 2020, 36 millones de mexicanos adolecían de acceso a servicios de salud, es decir 28% de la población, dicha cifra contrasta con los 21 millones de mexicanos que carecían de este acceso en 2018.

Es cierto que el Seguro popular tenía muchos defectos y atravesaba serios problemas de corrupción, sobre todo en lo referente a la aplicación de recursos en las entidades federativas; sin embargo, el proyecto alternativo denominado Instituto de salud para el bienestar (Insabi), enfrentó problemáticas operativas, como lo representa la disminución de recursos presupuestarios.

Lo anterior es algo inexplicable, sobre todo cuando se considera que en los últimos dos años el mundo en su conjunto enfrentó una pandemia que exigió compromiso y entrega. Quizá por eso nuestro país es la nación con el mayor número de decesos entre el personal de salud ocasionado por la Covid 19.

Efectos colaterales de los cambios emprendidos ocasionaron que el gasto trimestral que los hogares mexicanos destinaban a enfrentar enfermedades pasara de 901 pesos en 2018 a 1,266 pesos en 2020.

Así como, los gastos catastróficos por motivos de salud que pasaron en ese periodo de 880 mil a 1.1 millones.

Ello sin considerar que esos gastos se duplicaron entre los hogares que no contaban con algún tipo de seguridad social, de hecho durante la pandemia y al cierre de 2021, la Asociación Mexicana de Instituciones de Seguros reportó una caída de 2.5 millones de seguros médicos y una caída de 4 puntos porcentuales en lo que a seguros de vida se refiere, ya que sólo 13% de la población mexicana tienen este tipo de seguro, cuando en 2018 la cobertura alcanzaba 17%.

El deterioro que enfrenta nuestro sistema de salud es tal, que derivado del abandono y los recortes presupuestales la mortalidad materna se incrementó más de 10%, al pasar de 921 muertes en 2020 y a 1,036 en 2021.

El reto que se enfrenta es enorme, sobre todo considerando que en el corto plazo nada se está haciendo para revertir dichas cifras.