Salvando el pellejo

Riva Palacio DETONA: La desenfrenada cruzada de ‘Alito’ contra connotados priistas es bastante inusual. Es reduccionista decir que quiere apoderarse del PRI y de las prerrogativas del partido.
Por Raymundo Riva Palacio
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Alito Moreno. Control total. Foto PRI nacional.
Foto: DETONA

La virulencia retórica de Alejandro Moreno contra toda una generación de liderazgos del PRI es bastante inusual, aun para sus estándares y conocidos comportamientos de pendenciero.

Disparar los obuses contra quienes cuestionaron sus intentos reeleccionistas es difícil de entenderse sólo en el contexto de que quiere apoderarse del PRI y quedarse con las prerrogativas del partido. Parece muy simple y reduccionista.

Moreno no necesita apoderarse del PRI.

Desde hace tiempo lo tiene con el control del Consejo Ejecutivo Nacional, y tampoco necesita los recursos de las prerrogativas, pues desde hace muchos años hizo de la política un medio para enriquecerse.

Lo que necesitaba, impunidad, la garantizó al colocarse en el número uno de las listas para el Senado, aunque su desenfrenada cruzada contra connotados priistas sugiere que hay razones de otro tipo por debajo de sus motivaciones, porque el fuero no parece suficiente.

Las acusaciones y vituperios contra priistas renombrados no tendrían sentido desde el punto de vista de un desafío a su control político.

Personajes como la exlíder del PRI Dulce María Sauri, el futuro senador Manlio Fabio Beltrones o el exjefe de Oficina de la Presidencia Aurelio Nuño no tienen el peso interno que le pudiera generar una fractura en el partido.

No corre ningún riesgo de una división en el PRI, aun cuando los más de 200 miembros del partido que hicieron pública su denuncia contra sus deseos reeleccionistas decidieran renunciar, porque no abrirían un boquete que alterara la correlación interna de poder.

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Moreno ha renegado contra sí mismo atacando a quienes lo arroparon.

Tampoco le importó meter en contradicciones a quienes lo respaldan, como se vio en las imágenes de su conferencia de prensa esta semana, donde a su costado derecho estaba el coordinador de los senadores, Manuel Añorve, que es hechura de Beltrones, y al izquierdo Rubén Moreira, coordinador de los diputados, cuyo hermano Humberto fue dirigente del partido en los tiempos en que Alito, como le llaman, era una de las focas aplaudidoras del expresidente Enrique Peña Nieto.

El silencio cómplice de su burbuja de poder, exhibida en su silencio mezquino ante los insultos y acusaciones contra aquellos a quienes les deben buena parte de su carrera política, los desdibuja como políticos y los pinta como cómplices de las intenciones inconfesables de la persona que reconocen como jefe político.

Raymundo Riva Palacio
Periodista y analista político de larga trayectoria en México. Escribió en diarios como Excélsior, Reforma, El Independiente, 24 Horas y El Financiero. Fue director editorial de El Universal entre 2007 y 2008. Cofundó y dirigió el diario Milenio y fue director general de la agencia de noticias Notimex.