Tercera llamada
Y la respuesta no se hizo esperar, luego de la concentración en el zócalo de la Ciudad de México de miles de personas que voluntariamente acudieron el 26 de febrero para continuar con la defensa del INE.

El presidente Andrés Manuel López Obrador convocó nuevamente a sus seguidores, a “celebrar” la expropiación petrolera y como cantaría Juan Gabriel: “en el mismo lugar y con la misma gente”.
En su lógica, el propósito es muy simple y no ha cambiado desde que inició el gobierno obradorista: demostrar “quién es el que manda”.
"Te amamos Presidente"
— Shion (@ChicShion) March 18, 2023
AMLO hace su entrada triunfal al Zócalo #LaPatriaSeDefiende pic.twitter.com/FJE5wCuIxP
Esta manifestación en términos logísticos no fue distinta, pues dependencias del gobierno federal, gobiernos estatales, legisladores y “sectores” afines a su movimiento acudieron, como dice el clásico, “voluntariamente a fuerza”, para rendir tributo a su máximo líder.
No faltaron el pase de lista, las calles cerradas para que los camiones pudieran estacionarse, las facilidades otorgadas por el gobierno de la CDMX, las tortas, los refrescos y los insultos a los enemigos identificados: conservadores, neoliberales, fifís, riquillos, clasistas, clasemedieros y aspiracionistas, así adjetivados desde el púlpito presidencial.
El mensaje tuvo pocas variaciones de los ya conocidos y muy repetidos informes presidenciales que, por cierto, contienen datos de un país que solo existe en la imaginación de quien habita Palacio Nacional.
