Es una pregunta esencial pero difícil de responder.

El encuentro entre personas distintas ha sido nuestra propuesta en <a href="http://dialogoenlaoscuridad.com.mx/">Diálogo en la Oscuridad</a> desde hace 33 años, y la cual se desprende de la frase del filósofo Martin Buber: “la única forma de aprender está en el encuentro”.

Hoy hay <a href="https://greatergood.berkeley.edu/article/item/what_the_struggle_for_gay_rights_teaches_us_about_bridging_differences">evidencia científica</a> de que el encuentro promueve la inclusión. 

En el caso de la comunidad LGBTQ+, minoría hacia la cual <a href="https://hbr.org/2019/08/research-on-many-issues-americans-biases-are-decreasing">ha mejorado substancialmente su percepción</a> en EEUU, y lo cual se debió a que la comunidad LGBTQ+ incrementó su contacto con gente que no pertenecía a su grupo.

La teoría de la psicología social que sustenta esto se llama la <a href="https://greatergood.berkeley.edu/article/item/what_leaders_must_do_to_battle_bigotry">hipótesis del contacto</a>, y fue propuesta desde los años cuarenta por el psicólogo Gordon Allport de la universidad de Harvard.

Esta teoría sostiene que al entrar en contacto con personas cuyas características percibimos como inusuales, sean personas de la comunidad LGBTQ+, que profesen una religión distinta, con una orientación política distinta… nuestros prejuicios disminuyen&nbsp;y somos capaces de desarrollar una serie de nuevas actitudes más constructivas hacia estas personas.

<h5 class="subtitle handdrawn">¿Qué sucede cuando nos permitimos conocer a alguien? </h5>

En primer lugar lo o la sacamos de su grupo contenedor, es decir, si yo me refiero a los haitianos, los tengo categorizados en un grupo al cual le asumo características como: son de piel negra, no hablan mi idioma, son pobres y sus rasgos son más bien africanos. 

Este proceso generaliza y le otorga las mismas características a todas las personas del grupo, a las cuales no percibimos ni siquiera como personas, sino más bien como personajes caricaturizados.

En segundo lugar, cuando entramos en contacto con las particularidades de una persona, la o lo humanizamos y les otorgamos individualidad al sacarlos de la caricatura que nos hicimos sobre su grupo.

En <a href="https://greatergood.berkeley.edu/article/item/what_leaders_must_do_to_battle_bigotry">un estudio</a> se demostró que al pedirle a gente blanca que viera las fotos de varias personas negras y las categorizara en rango de edades, las personas blancas mostraron una actividad significativa en la amígdala, lo cual quiere decir que percibían amenaza al ver las fotos de este grupo. 

Luego se les pidió tomar la foto particular de una persona negra, y tratar de adivinar detalles simples de esa persona: cuál sería su fruta favorita, lo que más disfruta en la vida, algo que le moleste mucho, su color favorito… 

<h5 class="subtitle handdrawn">E&nbsp;este caso, al enfocarse en la persona como individuo, la actividad en la amígdala cesaba.</h5>

Hay 3 pasos para prepararnos y fomentar estos encuentros:

<ol>
	<li>Dale un nombre para sacarlo del grupo. El primer paso es acercarnos y saber su nombre. Nunca es lo mismo haber tratado con Roberto que con una persona en silla de ruedas.</li>
	<li>Imagínate alguna particularidad de su día a día. ¿Le gustará madrugar o levantarse tarde? ¿Ver televisión o escuchar música? ¿Cuál será su fruta favorita? ¿Qué le causará enojo y qué le causará alegría? Se ha demostrado que este ejercicio que puede ser meramente imaginativo tiene efectos benéficos incluso si lo hacemos a solas, sin interactuar, solo imaginando vívidamente la imagen de la persona en particular.</li>
	<li>Acércate y pregúntale. Por mucho, esta es la mejor opción. Si nutres tus imaginaciones con información verdadera no hay lugar a equivocaciones. Cuida que tu encuentro sea con una mente abierta, despierta tu curiosidad y haz preguntas respetuosas, y, muy importante, no intentes convencer a la otra persona de nada, acércate solo para conocerla mejor.</li>
</ol>

<h6 class="subtitle underlined">Debido a mi contexto, abogo por el encuentro con la gente con discapacidad, no obstante, estos pasos aplican para cualquier persona que percibimos como ajena a nosotros.</h6>

Opinión

¿Cómo empiezo a incluir a las personas distintas a mí?

<h5 class="handdrawn subtitle">El año pasado la RAE presentó una <a href="https://dle.rae.es/discapacidad">nueva definición de discapacidad</a>: </h5>

Situación de la persona que por sus condiciones físicas o mentales duraderas, se enfrenta con notables barreras de acceso a su participación social.

Es una definición simple y quizá su característica más importante es que pone el foco no en la condición física o mental de la persona, sino en las barreras que la agravan.

Comparemos esta nueva entrada con la definición anterior.

Disminución por un problema físico, sensorial o psíquico, que incapacita total o parcialmente para el trabajo u otras tareas.

Esta definición es asfixiante; leerla es como acariciar un cactus, hay palabras que espinan: disminución, problema, incapacita…

La condición de discapacidad ha transitado por distintas estaciones a lo largo de los años en el entendimiento humano.

Antes del siglo XX, atrapados en creencias mágico místico religiosas, las personas con discapacidad éramos considerados aberraciones espirituales o pruebas vivientes de cómo los pecadores pagan por sus actos.

Hay un ejemplo que me gusta y que narra Sabriye Tenberken, una emprendedora ciega alemana, quien en su viaje al Tíbet, donde fundó una escuela para niños ciegos, descubrió que muchas familias tenían encadenados en casa a sus familiares con discapacidad visual, pues se les consideraba la reencarnación de algunos demonios.

<h5 class="handdrawn subtitle">TÍBET TIENE EL "RÉCORD"...</h5>

Años más tarde se comprobaría que el Tíbet tiene, en proporción, la población con discapacidad más grande del mundo, pero no por ser una zona de demonios reencarnados, sino por su gran altura y su mayor exposición a los rayos V, los cuales deterioran la vista.

Hace un par de años, cuando la exhibición de "Diálogo en la oscuridad" estaba activa en el difunto Planetario Alfa, mis compañeros guías estaban reunidos en su punto de encuentro, aguardando al Uber que los llevaría al Planetario, cuando escucharon la conversación de dos señoras que estaban cerca de ellos, echándose unos tacos:

Pobrecitos, esas personas no ven porque no creen en Dios.


Durante casi todo el siglo XX el entendimiento de la discapacidad fue médico.

Se veía a la discapacidad como una enfermedad, y a la persona que la vivía como un paciente que debía de ser curado o en el peor de los casos, puesto en un rincón, cuidando de sus males, pero fuera de la vida activa.

Otro enfoque de la discapacidad es el humanista, el cuál subraya los derechos de las personas con discapacidad y alienta una vida digna para nosotros.

Sin embargo, como muchas de las posturas humanistas, el enfoque pasa más tiempo en el idilio que en la acción concreta.&nbsp;

<h5 class="subtitle handdrawn">(NOTA DEL EDITOR: ¿que en el acto amatorio?)</h5>

La nueva definición de la RAE nos desafía y nos alienta a actuar, pues pone la responsabilidad en todos nosotros. Anteriormente, si pensábamos que los discapacitados eran demonios o víctimas de maldiciones o pecadores expiando culpas, la responsabilidad caía en chamanes y sacerdotes.

En el modelo médico, donde se consideraba que el discapacitado era un enfermo y se buscaba su recuperación, los responsables eran los doctores.

Sin embargo hoy, cuando hablamos de barreras, la responsabilidad recae sobre todos, pues todos generamos barreras: el programador web que no programa de forma accesible, el director de RH que no considera un reclutamiento incluyente, el arquitecto que diseña solo para personas sin discapacidad, los educadores que no diseñan contenidos educativos incluyentes, la persona que se estaciona en una rampa…

Seguramente la nueva definición va a tardar muchos años en madurar; deseo que, así como hoy la gente te dice “ojalá te cures” o “esas personas no ven porque no creen en Dios”, escuche comentarios sobre gente reflexionando y preguntándose:

“¿Sería esto accesible para una persona que no escucha? ¿Cómo le puedo hacer para que una persona ciega también entienda esto que es tan visual?”

O que aquellas señoras en la Alameda hubieran soltado el taco y sus desvaríos religiosos para dejar de ser una barrera más, y hubieran ayudado a mis compañeros ciegos a identificar su Uber en ese&nbsp;lugar tan transitado.

La nueva definición de discapacidad

<h5 class="subtitle handdrawn">“Todo lo que nace morirá. Todo lo que es sano enfermará. Todo lo que es joven envejecerá”.</h5>

<a href="https://www.who.int/es/news-room/fact-sheets/detail/disability-and-health#:~:text=Datos%20y%20cifras,la%20prevalencia%20de%20enfermedades%20cr%C3%B3nicas">Según la OMS</a>, aproximadamente una de cada siete personas en el mundo vive con alguna forma de discapacidad; el número está aumentando drásticamente y la gran mayoría de nosotros experimentaremos discapacidad en el curso de nuestras vidas.

<h5 class="subtitle handdrawn">Y sin embargo, es un tema que hemos logrado ignorar con mucho éxito.</h5>

¿Con qué frecuencia interactúas con una persona con discapacidad? ¿Qué tan seguido ves&nbsp;a una persona con discapacidad en algún anuncio, publicidad, película o serie? ¿Cuántas personas con discapacidad ves cuando estás fuera en el cine, en una tienda, en un teatro, en una escuela o en el lugar de trabajo?

Me temo que la respuesta, en la mayoría de los casos, será “muy rara vez”.

Mi postura es que ignoramos la discapacidad por sistema, hasta inconscientemente, y tengo tres respuestas a la pregunta que titula este editorial.

<h5 class="subtitle handdrawn">1.- No vemos lo que no valoramos</h5>

Vivimos en sociedades donde se nos otorga valor según nuestro nivel de producción. Y nuestro nivel de producción está ligado a nuestro grado de capacidades. 

Esto es el utilitarismo – le damos valor a la gente en base a lo útiles que nos resultan. Y esto es <a href="https://www.capacitismo.org/contexto">capacitismo</a> – la sociedad está diseñada para que únicamente los “más capaces” vivan mejor.

Fuimos entrenados para valorar al otro por su retorno de inversión. ¿Qué gano al generar un vínculo social contigo?

Es lógico: nadie queremos que nos releguen, por lo tanto intentamos mantenernos útiles y capaces. Y eso se vuelve difícil – casi imposible – cuando tienes una discapacidad y vives en un sistema diseñado para las “capacidades normales”.

<h5 class="subtitle handdrawn">2.- Porque nadie queremos ser irrelevantes</h5>

En&nbsp;la gran mayoría de los casos, la discapacidad te condena no solo a la disminución de una capacidad física, mental o sensorial, sino también a la irrelevancia social.

Te remito a las preguntas que te planteé al inicio del texto. Y agrego un par: ¿qué tan frecuente es que contrates los servicios o consumas un producto que venga de personas con discapacidad? ¿Qué tan frecuente es que necesites el apoyo de una persona con discapacidad?

Muy rara vez las personas con discapacidad participamos equitativamente del intercambio social que se da en actividades básicas como el trabajo, el ocio, la educación, las relaciones interpersonales, etc. 

Y eso es ser irrelevante en lo social.

<h5 class="subtitle handdrawn">3.- Porque ver la discapacidad de frente nos recuerda nuestra fragilidad </h5>

Estamos inmersos en una competencia feroz de producción 24 7, un <a href="https://www.uv.mx/cienciahombre/revistae/vol24num3/articulos/darwin/">Darwinismo social</a> donde solo los “más fuertes” acumularán más, tendrán más logros, más éxito y más sensación de poder.

Es una selección natural social y económica, y la discapacidad nos recuerda que inevitablemente un día dejaremos de ser el más fuerte, y seremos expulsados de la carrera.

Mis tres respuestas brotan de forma natural del Darwinismo social que practicamos y que no tiene como objetivo protegernos entre todos como especie, sino sobre protegernos a nivel individual o cuidar solo a nuestro círculo más cercano.

<h6 class="subtitle underlined">La especie humana sigue en una carrera desbocada con una meta difusa, sin darse cuenta de que ya alcanzamos tal nivel de progreso que nos permitiría, a gran parte de la población, vivir con seguridad y dignidad, cuidarnos y protegernos, si y solo si los recursos se administraran equitativamente.</h6>

¿Por qué ignoramos a la discapacidad?

<h5 class="handdrawn subtitle">Dentro de la diversidad humana – preferencias sexuales, género, color de piel, creencias religiosas, etnia… - la discapacidad es aquella de la cual huimos constantemente y no queremos oír ni hablar.</h5>

Ver la discapacidad de frente nos enfrenta con nuestra fragilidad.

<h5 class="handdrawn subtitle">1,000 MILLONES TIENEN CON ALGÚN TIPO DE DISCAPACIDAD</h5>

La cuestión es que aproximadamente el 15% de la población mundial (mil millones de personas) vive con algún tipo de discapacidad, <a href="https://www.who.int/news-room/facts-in-pictures/detail/disabilities">según la OMS</a>. 

Semejante dato que convierte a este grupo en la mayor “minoría” del mundo.

En <a href="https://www.sciencedaily.com/releases/2019/07/190718112453.htm">uno de los estudios más extensos</a> que se han hecho sobre las actitudes hacia la discapacidad se ha demostrado que entre más edad acumulamos, tenemos más actitudes negativas implícitas hacia la discapacidad.&nbsp;Es decir:

Pensamientos desfavorables que no expresamos, pero al mismo tiempo, nuestras actitudes explícitas son más positivas, opinamos públicamente que las personas con discapacidad deben de formar parte activa de la sociedad.

<h5 class="handdrawn subtitle">DOBLE MORAL</h5>

Hay claramente una doble moral que nos obstaculiza explorar el tema. 

Está mal visto hablar desfavorablemente sobre las personas con discapacidad.

Y la realidad es que estás a un paso de la discapacidad, lo quieras o no<a>. </a>

Hoy en día el <a href="https://www.weforum.org/agenda/2019/04/what-companies-gain-including-persons-disabilities-inclusion/">80% de las discapacidades se producen entre los 18 y los 65 años</a>,&nbsp;es decir, en plena edad productiva.

Los accidentes y las enfermedades son las causas principales de discapacidad. 

<h5 class="handdrawn subtitle">CADA VEZ VIVIMOS MÁS Y AUMENTAN ENFERMEDADES CRÓNICAS</h5>

Pero hay dos factores más que no paran de crecer y a los cuales también todos estamos expuestos: el envejecimiento de la población y el aumento de enfermedades crónicas.

Se estima que para el año 2030, la población mayor de 60 años aumentará en un 56% y que para el 2050 esta población mundial será de un poco más de dos mil millones de personas.

Actualmente más o menos el <a href="https://www.un.org/development/desa/disabilities/disability-and-ageing.html">45% de las personas mayores de 60 años ya viven con alguna discapacidad</a>.

Sobre las enfermedades crónicas, tomemos dos para dar un par de ejemplos. 

<h5 class="handdrawn subtitle">CASI 40% DE LA POBLACIÓN, CON CÁNCER</h5>

Según datos del Instituto Nacional del Cáncer, Se calcula que aproximadamente el <a href="https://www.cancer.gov/espanol/cancer/naturaleza/estadisticas">39.5% de las personas serán diagnosticadas con cáncer</a> en algún momento de su vida. 

Pregunte a las personas que viven con cáncer o que lo sobrevivieron, la forma en la que la enfermedad los ha discapacitado.

La diabetes es otra protagonista crónica de discapacidad. 

En México la discapacidad visual <a href="https://dis-capacidad.com/2021/01/30/censo-2020-16-5-de-la-poblacion-en-mexico-son-personas-con-discapacidad/">se ha convertido en una de las más prevalentes</a> en el 2020, y una <a href="https://www.fundacionunam.org.mx/unam-al-dia/aumenta-en-mexico-la-discapacidad-visual-y-ceguera-en-diabeticos/#:~:text=Aumenta%20en%20M%C3%A9xico%20la%20discapacidad%20visual%20y%20ceguera%20en%20diab%C3%A9ticos,-Fundaci%C3%B3n%20UNAM&amp;text=Refiri%C3%B3%20que%20la%20diabetes%20en,o%20piernas%2C%20as%C3%AD%20como%20ceguera.">causa es la diabetes</a>. 

En 1993 el 6% de los adultos vivían con diabetes, cifra que aumentó al 16% para el año 2012, y contando. 

<h5 class="handdrawn subtitle">COVID</h5>

En tiempos de pandemia, el covid-19 se suma como causa de discapacidad. 

Según un <a href="https://www.thelancet.com/journals/eclinm/article/PIIS2589-5370(21)00299-6/fulltext">estudio publicado en the Lancet</a>, hay un fenómeno que llaman “long covid”, que consiste en secuelas que permanecen durante mucho tiempo con los pacientes, y que incluso después de 7 meses, estos reportan síntomas como problemas de memoria, concentración, cansancio extremo, entre otros, que les han provocado tal discapacidad que muchos de ellos no han podido regresar a trabajar o han solicitado horarios reducidos.

<h5 class="handdrawn subtitle">Hay otros factores que nos pueden acarrear una discapacidad; la contaminación del medio ambiente por ejemplo. </h5>

Hay <a href="https://www.sciencedaily.com/releases/2018/11/181121073250.htm">indicios de mayor prevalencia de discapacidad intelectual</a> en lugares con mayor contaminación en el aire.

En territorios donde se experimenta violencia social, como Afganistán, México, América Central y muchos lugares más, hay casos de personas que adquieren una discapacidad a causa de minas antipersonales, tiroteos, explosiones, etc.

<h5 class="handdrawn subtitle">LOS ROBOTS</h5>

Un último factor que mencionaré es la <a href="https://www.theguardian.com/technology/2020/nov/27/robots-replacing-jobs-automation-unemployment-us">automatización del trabajo</a>. 

No tienes que esperar a perder una capacidad física, sensorial o mental debido a una enfermedad o accidente para experimentar la irrelevancia. 

Si una máquina o un robot hace tu trabajo, las 24 horas del día, sin quejas, sin salario y sin permisos, será el paraíso para tu empleador y será tu caída en la irrelevancia. 

Dejarías de ser útil para tu empresa, y de no encontrar un lugar pronto en el mercado de trabajo, podrías experimentar lo que una persona con discapacidad vive al ser excluida por su aparente carencia de utilidad en la sociedad productiva.

<h5 class="handdrawn subtitle">La discapacidad debería de estar en el centro de nuestras preocupaciones éticas como especie.</h5>

Mi recomendación es no cerrar los ojos ante la discapacidad ni seguir jugando a la doble moral donde apoyamos la inclusión de la discapacidad de dientes para afuera, pero en la intimidad de nuestros pensamientos seguimos discriminando.

Porque estás a un paso de la discapacidad. 

<h6 class="subtitle underlined">Si excluyes hoy, estarás cultivando las condiciones perfectas para la exclusión de tu futuro yo.</h6>

La minoría más grande del mundo y por qué es muy probable que seas parte de ella

Bastedad, abundancia y la total libertad nos paralizan y caemos en un sin sentido o en el aburrimiento.

Recién los atletas con discapacidad de México tuvieron una actuación muy destacada en los Paralímpicos de Tokio, donde consiguieron 22 medallas, siendo el segundo país Latinoamericano más ganador del 
medallero. 
 
No se trata de comparar sus 22 medallas con las 4 que obtuvieron los atletas sin discapacidad.

Cada grupo tiene sus retos y sus obstáculos propios.

Si bien, sé de buena fuente que, para dar un ejemplo, los atletas sin discapacidad tienen horarios preferentes para entrenar en las instalaciones deportivas, mientras que los atletas con discapacidad tienen que acoplarse a los horarios que quedan. 
 
Sin embargo, y sin caer en raptos de admiración hueca, sí quiero destacar una cualidad del equipo paralímpico mexicano, y de mucha gente con discapacidad en general: la capacidad de hacer más con 
menos.

<h5 class="handdrawn subtitle">No se trata de un poder sobre natural, sino de la capacidad adaptativa 
del ser humano.</h5>

Ejemplos hay millones y de todos tipos.

Tenemos a Japón que fue destrozado por bombas atómicas o a Alemania que fue aplastada en la segunda guerra mundial, y ambas naciones se levantaron y florecieron. 
 
Incluso entre las herramientas de creatividad está aquella que consiste en limitar tus opciones para forzarte a ser más creativo.

<h5 class="handdrawn subtitle">¿No&nbsp;te ha pasado que con casi nada de comida en tu despensa te has 
armado uno de tus mejores platillos?</h5>

Uno de los comentarios más recurrentes que me hacían cuando era guía de Diálogo en la Oscuridad era: “aquí en la oscuridad valoro mucho mi vista y todo lo que ella me da”. 
 
En ocasiones la bastedad, la abundancia y la total libertad nos paraliza y caemos en un sin sentido o en el aburrimiento.

<h5 class="handdrawn subtitle">¿Te ha pasado que estás aburrido&nbsp;aún y con todas tus redes sociales, 
servicios de streaming, música sin fin, cursos gratuitos, etc.?</h5>

A menos de que practiques deliberadamente la apreciación o la&nbsp;gratitud, es normal que des por sentadas muchas cosas, como tu sentido de la vista o el hecho de que salga agua del grifo de tu casa. 
 
Somos seres que valoramos en base al contraste: valoramos la vida cuando llega la muerte, la salud cuando enfermamos, el calor cuando tenemos frío. 
 
Pero cuando vives con una limitación permanente como puede ser una discapacidad, tienes la opción de transformarla en una herramienta. 
 
Y como dije, no es nada extraordinario. ¿Te ha pasado que ante la presión de tener poco tiempo para hacer algo lo solucionas rápida y brillantemente? 
 
Yo lo veo con mi hijo Sebastián, quien con una caja repleta de juguetes que hablan, disparan, se mueven y hacen de todo, construye las mejores historias con monos que les faltan las piernas, con mitades de súper héroes, con llantas y con otras pedacerías de juguetes. 
 
Vivir con una limitación permanente, como es la ceguera en mi caso, no es algo deseable.

Pocos decidirían vivir auto limitados de forma voluntaria.

Pero sí que podemos aprender de esta situación y de los atletas paralímpicos. 
 
&nbsp;Retomar tu perspectiva y jugar con algunas auto limitaciones puede ser un ejercicio que avive tu creatividad o tu humildad.

<h5 class="handdrawn subtitle">Aprender a hacer más con menos es la puerta de la resiliencia.</h5>

La resiliencia ocurre en el momento en que, enfrentado a dificultades y problemáticas, se dispara una idea inesperada.

Hacer más con menos

Junto con un equipo de colaboradores con discapacidad visual, dirijo un emprendimiento social llamado Diálogo en la Oscuridad Monterrey.

Se trata de una franquicia alemana de experiencias de aprendizaje donde, sea en una exhibición para todo público o en un formato de taller de team building, te sumerges en una atmósfera de total oscuridad acompañado por un guía ciego con el objetivo de fortalecer habilidades.

<h5 class="subtitle handdrawn">2017, liderazgo resiliente</h5>

En el 2017 la bancada de diputados de Movimiento Ciudadano nos solicitó un desayuno-taller en la oscuridad para trabajar su liderazgo resiliente.

El líder de los participantes era el ahora candidato a gobernador, Samuel García.

<h5 class="subtitle handdrawn">Reacción a la incertidumbre</h5>

Muy pocos permanecen inmutables cuando entran a la oscuridad total. Tengo 15 años de experiencia y he distinguido como los participantes tienen dos reacciones básicas: o se arredran -se vuelven lentos, dependientes y vulnerable-&nbsp;o se envalentonan -alzan la voz, cuentan chistes, alburean o bromean con el resto del grupo.

Es un reflejo perfecto de cómo reaccionamos ante situaciones de incertidumbre.

<h5 class="subtitle handdrawn">Brilló en la oscuridad</h5>

Siempre, en un grupo que entra en la oscuridad, hay personalidades que brillan; es como si en esa oscuridad total, esas personas aportaran un poquito de luz para disipar la confusión y la duda de los asistentes.

En ese desayuno-taller, logro recordar a Samuel por dos detalles. El primero, era que dentro de su equipo de trabajo, fue quien brilló. Después de algunos minutos de confusión donde su personalidad se opacó en la oscuridad, comenzó a tomar la batuta; era la voz que resaltaba en la oscuridad, era quien proponía, escuchaba y redondeaba las ideas.

<h5 class="subtitle handdrawn">Sin promesas políticas</h5>

El segundo detalle que recuerdo y agradezco, es que Samuel no fue con ninguno de los facilitadores con discapacidad visual a hacer proselitismo. 

Cualquier otro político, olfateando alguna posibilidad, hubiera ido con los “ciegos” a expresarnos su admiración, a preguntarnos por nuestras inconformidades, o incluso a hacernos promesas huecas.

Samuel no lo hizo. Agradeció brevemente e instó a sus compañeros a regresar al congreso y no desbalagarse por el camino. 

¿Sería desinterés o un adecuado entendimiento de que estaba en una capacitación y no en campaña?

Para serlo hay que parecerlo

Yo no veo a ninguno de los candidatos, solo puedo escuchar sus palabras y tratar de discernir el tono de su voz.

Samuel se esfuerza por alcanzar el tono de liderazgo alfa que se supone tiene un político. Escucho que no es un entrón extrovertido nato. Pero como dicen, para serlo hay que parecerlo, y no tiene nada de malo que esté desarrollando esa habilidad, pues la política es peor que una selva, y aunque no muerdas, por desgracia sí tienes que saber gruñir fuerte.

Conocí a Samuel en la oscuridad

Discapacidad visual en México es la mayor entre todas.

Por muchos años, la discapacidad predominante en México fue la motriz. Pero en el censo del INEGI correspondiente al 2020, la discapacidad visual se colocó como la discapacidad con más presencia en el país.

<h5 class="handdrawn subtitle">¿Por qué hay hoy muchas más personas con discapacidad visual?</h5>

Hay dos factores muy importantes. El primero, la vejez, un factor a nivel global. La OMS ha señalado a la edad avanzada como factor de riesgo, pues en muchas ocasiones, la vejez conlleva disminución visual.

El segundo factor, muy particular de nuestro país, es la diabetes. En lo personal, es cada vez más común que conozca personas que están perdiendo su vista por una diabetes descontrolada que causa la retinopatía diabética.

Tú me dirás, “soy joven aún, y no tengo diabetes, me alimento sanamente y hago ejercicio”.

<h5 class="handdrawn subtitle">MÉNDIGAS PANTALLAS</h5>

&nbsp;Y yo te pregunto: ¿cuánto tiempo pasas frente a una pantalla?

En esta pandemia, muchos de nosotros trabajamos, socializamos, nos entretenemos y nos relajamos en una pantalla.

Desde épocas pre pandémicas, la OMS ya había señalado al uso constante de dispositivos electrónicos como otro factor agravante de la discapacidad visual. 

En una encuesta realizada por la ONG Fight for Sight, el 49% de las personas reconocieron haber aumentado su tiempo frente a la pantalla. 

<h5 class="handdrawn subtitle">SÍNTOMAS</h5>

Nuestra vista está cansada; presentamos síntomas como ojos secos, picazón, visión borrosa, dolores de cabeza o fatiga ocular.

Leía en la BBC que según un reciente estudio publicado en la revista&nbsp;American Journal of Ophthalmology, el exceso de exposición a las pantallas está asociada&nbsp;a la aparición y la progresión de la miopía&nbsp;y podrían agravarse durante y posteriormente al período de la pandemia.

<h5 class="handdrawn subtitle">¿Y entonces? ¿Tengo que renunciar a mi vida virtual?</h5>

No necesariamente. Antes de renunciar a las pantallas, puedes visitar con regularidad a un oftalmólogo, o aplicar algunas acciones simples.

<h5 class="handdrawn subtitle">Técnica 20-20-20</h5>

Consiste en que&nbsp;cada 20 minutos, debes mirar algo a una distancia de seis metros, durante 20 segundos. Esta técnica &nbsp;sirve para relajar los músculos de dentro y alrededor de los ojos que son los que hacen que puedas mirar detenidamente en una misma dirección.

Puedes programar recordatorios en tu celular para que cada 20 minutos te recuerde hacer este simple ejercicio de descanso.

<h5 class="handdrawn subtitle">Letra y color</h5>

Puedes modificar el tamaño de la letra en tu dispositivo para que el ojo no se esfuerce más de lo que ya lo está haciendo diariamente frente a la pantalla.

Prueba distintos tipos de tamaño de letra, ya que no hay un tamaño que le venga bien a todos, y revisa con cuál se relaja más tu vista.

Otra idea es ajustar el brillo&nbsp;de la pantalla para que coincida con el nivel de la luz del lugar donde te encuentres.

Algunos expertos dicen que un texto oscuro sobre fondo claro es mejor para tu vista que un texto claro sobre fondo oscuro.

<h5 class="handdrawn subtitle">Cámaras apagadas</h5>

Si bien las cámaras encendidas en una video conferencia pueden ser muy importantes para saber que los demás están ahí realmente, ésta interacción visual se vuelve cansada.

La recomendación es hacer acuerdos con tu equipo para permitir algunas reuniones con cámaras apagadas, o al menos activar opciones que disminuyan el estímulo visual, como ocultar tu imagen en zoom a través de activar la opción “Ocultar vista propia” o “Hide Self-View” donde permaneces visible para los demás pero no para ti.

<h6 class="subtitle underlined">Así es que, ojo, no te sumes a las estadísticas, no queremos más gente en el club y cuida tu vista en esta era digital. </h6>

La pandemia está dañando tu vista

Omegle, aplicación de video chat cuya oferta es conectarte con gente desconocida. Ahí, las interacciones sexuales son el pan de cada día.

Un usuario de la aplicación relata cómo, después de varios años sin usar la app, al volver a utilizarla, la persona con quien se le emparejó para tener una interacción sexual virtual, ¡resultó ser él mismo!

<h5 class="subtitle handdrawn">¡OMAIGOD!</h5>

De pronto se encontró frente a un video ¡de él mismo desnudándose y masturbándose!

Ese episodio había ocurrido varios años antes. Se dio cuenta de que esa interacción&nbsp; sexual se convirtió en un video que ahora alguien manipulaba con gran habilidad, pues al chatear con su “yo del pasado” recibía respuestas y el video cambiaba a distintas escenas según sus peticiones. Una gran manipulación digital.

¿Quién no ha escuchado el dicho “ver para creer”? Este se mantuvo infalible durante muchísimos años.

El sentido de la vista se convirtió en el método de comprobación predilecto de los escépticos. Dimos por sentado que si veíamos algo, entonces no había posibilidad de engaño.

¡Bienvenidos a la era digital! En los tiempos actuales este dicho ha perdido su credibilidad y mucha gente ni siquiera es consciente de ello.

La inteligencia artificial y los avanzados trucos y herramientas de edición digital hacen posible modificar imágenes y videos hasta el punto de hacerlos parecer totalmente creíbles.

Muchísimos videos que circulan y que se hacen virales son montajes bien diseñados. 

<h5 class="subtitle handdrawn">DISTORSIÓN DIGITAL</h5>

Incluso los videos que nos llegan de supuestos expertos, científicos o políticos, son, en muchas ocasiones, perfectas ediciones digitales que distorsionan los hechos.

Recuerdo el caso de una persona cercana quien recibió un video de Vladímir Putin. Su discurso estaba subtitulado, y hablaba abiertamente sobre la represión de las personas homosexuales y algunos otros temas polémicos. 

Esta persona le envió el video a un ruso&nbsp;que conocía y resultó que la traducción estaba alterada y no correspondía a laspalabras de Putin.

<h5 class="subtitle handdrawn">LOS SENTIDOS SON SOLO VENTANAS</h5>

Como persona ciega tengo muy claro que los sentidos -incluida la vista- son solo ventanas que nos muestran partes de la&nbsp; realidad. Pero la humanidad convirtió a la vista en nuestra ventana favorita.

Todas las ventanas están viciadas, todos nuestros sentidos son falibles. &nbsp;

Hoy probamos comida que contiene saborizantes que la hacen deliciosa al gusto, pero que en realidad ocultan sus pobres propiedades nutritivas.

El sentido del olfato es fácil de engañar. Las marcas de productos de limpieza lo saben, y por eso ponen especial énfasis en sus aromas, ya que estos, al cautivarnos, nos pueden llevar a olvidar la importancia de las propiedades antisépticas del producto.

Hoy, en la era digital, la vista -esa gran predilecta- es la gran víctima de políticos y grupos sociales que pretenden distorsionar o falsear la realidad para fabricar creencias.

<h5 class="subtitle handdrawn">¿Qué nos queda?</h5>

Hoy nuestro criterio, sentido común y albedrío&nbsp;están exigidos al máximo. A la par, tendremos que desarrollar la habilidad y el hábito de investigar más allá, reflexionar y decidir responsablemente.

¡Ver para creer!

Como persona ciega he tenido que morir, y sigo muriendo, a partes de mí que temen no ser suficiente o no dar el ancho igual que una persona que sí ve.

<h5 class="subtitle handdrawn">“En verdad les digo: el que cree en Mí, las obras que Yo hago, él las hará también; y aún mayores que estas hará, porque Yo voy al Padre”. – Juan 14:12</h5>

Adquirir una discapacidad durante la vida es como morir. Sea que el duelo te acompañe por algún tiempo o esté contigo toda la vida, perder alguna de tus capacidades es como si te arrancaran un gran pedazo de vida.

Mi discapacidad llegó cuando perdí la vista a los 6 años, pero morí realmente durante mi adolescencia, cuando uno necesita de todos sus recursos para consolidarse como persona.

&nbsp;Sin embargo, vivir con una discapacidad, también es una oportunidad de resucitar.

Los días de pascua pueden resultar una gran práctica de crecimiento interior, al margen de que seamos creyentes religiosos o no.

&nbsp;La pascua cristiana es la pasión, muerte y resurrección de Jesús, un proceso simbólico por el cual todos podemos pasar para resucitar, es decir, para suceder una y otra vez. 

<h5 class="subtitle handdrawn">Pregunta 1: ¿De qué forma acepto incondicionalmente el flujo de la vida o la voluntad de Dios?</h5>

El significado de la palabra pascua es “salto” o “ir más allá”, y tiene sus raíces en pueblos antiquísimos de pastores nómadas. 

Era la celebración que seguía al periodo del invierno, época infértil durante la cual no había cosechas y el clima era sumamente hostil.

El rito simbólico era sacrificar a un cordero, dando ese salto de fe, confiando en que el siclo de cosecha y buen clima sucedería otra vez.

La pascua o pésaj para los judíos es ese milagro que obra Dios abriendo el mar rojo para que el pueblo judío pueda escapar del ejército egipcio. 

<h4 class="subtitle">Los milagros ocurren para los que confían o para los que tienen fe. </h4>

NO existe ni fe ni confianza si para que confíes o para que tengas fe primero tienen que ocurrir los milagros.

La aceptación incondicional es soltarnos al flujo de la vida o a la voluntad de Dios. Aceptar que no conocemos el plan completo. La aceptación es trabajar con la esperanza de que el milagro ocurrirá.

&nbsp;Mi aceptación es vivir con mi ceguera, trabajando bajo el convencimiento de que alcanzaré a vivir con dignidad y plenitud, confiando en que las condiciones serán propicias.

<h5 class="subtitle handdrawn">Pregunta 2: ¿qué debe morir hoy en ti?</h5>

Para confiar o para dar el salto de fe tenemos que morir irremediablemente, aunque sea en parte.&nbsp; 

En la tradición cristiana, Jesús muere a la vida terrenal. En la tradición judía el pueblo que escapa de Egipto se adentra al mar confiando en el milagro. 

Y los pastores nómadas sacrifican la poca comida que tienen después del invierno, confiando en el reinicio del ciclo de cosecha.

<h4 class="subtitle">Morir a cierta parte de nosotros es sumamente complicado</h4>

Solemos estar apegados incluso a aquellos aspectos de nosotros que nos causan sufrimiento o malestar.

Para identificar a qué queremos morir tenemos que contemplar nuestras profundidades más oscuras y ver&nbsp;de frente nuestros odios, miedos, rencores, ataduras, vicios y adicciones… Y decidir conscientemente morir a eso que es nuestro mundo confiando en que vendrá algo mejor.

Recuerdo hace algunos años, en un curso, el facilitador se me acercó y me dijo: “quiero que participes también, no te escondas en tu ceguera”. 

En mi caso, como persona ciega he tenido que morir, y sigo muriendo, a partes de mí que temen no ser suficiente o no dar el ancho igual que una persona que sí ve; muero al rencor que genero cuando soy rechazado o discriminado. 

Tengo que morir también a los vicios del conformismo, la auto piedad y la auto complacencia, entre otros.

<h5 class="subtitle handdrawn">Pregunta 3: ¿cómo quiero resucitar?</h5>

Resucitar significa re –que implica una repetición– y suceder, que significa ocurrir. Es decir, resucitar significa volver a suceder o volver a ser. Y lo que muere solo muere para que algo renazca.

¿Quién muere y quién resucita? En la tradición cristiana el viernes muere Jesús, un humano, y el domingo resucita el Cristo. 

Echa mano de la visualización, esa gran herramienta creadora y prospectiva con la que contamos los humanos. 

<h4 class="subtitle">Visualiza detalladamente cómo eres una vez resucitado</h4>

Prospecta lo más hermoso que puedas lograr, ese ser que logra trascender todo lo que está muriendo en ti. 

Qué nuevas virtudes surgieron en ti y cómo benefician a los que te rodean.

Y la resurrección no ocurrirá de inmediato, pero visualizar es el camino, pues...&nbsp;

<h4 class="subtitle">...el drama de nuestra vida ocurre mayormente en nuestra mente</h4>

Igual que mi discapacidad, que el primer lugar donde se manifiesta es en mis creencias y en mi mentalidad.

<h6 class="subtitle underlined">Feliz semana de pascua.</h6>

Tres preguntas para resucitar

¿Cómo eran los maestros que recuerdas positivamente?  ¿Qué cualidades tenían?

<h5 class="subtitle handdrawn">¿Cómo eran los maestros que recuerdas positivamente? ¿Qué cualidades tenían?</h5>

Maestros incluyentes.

Estoy participando de un entrenamiento en educación socioemocional para maestros. El programa subraya las bondades de contar con este tipo de habilidades cuando eres docente: regular tus emociones, aumentar tu capacidad empática, lidiar mejor con el estrés, ser más resiliente…

<h5 class="handdrawn subtitle">MI PROPIA EXPERIENCIA</h5>

Esto me llevó a ligar el tema con la inclusión educativa de personas con discapacidad y a rememorar mi propia experiencia como alumno ciego.

Hoy existe una gran intención para lograr la inclusión educativa de personas con discapacidad. Sin embargo, desde mi punto de vista, el tema se sofisticó teóricamente pero no mejoró en la práctica.

Los maestros que yo recuerdo positivamente fueron los más incluyentes; no tenían una formación especializada en discapacidad. ¿Pero sabes qué sí tenían? Ganas de ayudar y el propósito de educar.

<h5 class="handdrawn subtitle">REGULAR EL ESTRÉS</h5>

Sabían regular su estrés, porque claro que no era fácil trabajar con un niño ciego; eran resilientes, pues se crecieron ante la dificultad; eran líderes humanos y compasivos, pues querían que todos los niños –con y sin discapacidad– pudiéramos estudiar; y eran maestros creativos, pues más allá de la burocracia educativa, siempre encontraron la forma de incluirme.

¿Qué hacían? Acciones muy simples : verbalizaban lo que escribían en el pizarrón, asignaban a un compañero para que me leyera las lecciones cuando era tiempo de lectura, me aplicaban ellos mismos los exámenes orales, y sobre todo, me escuchaban: oían mis ideas para incluirme y hacíamos acuerdos.

<h5 class="handdrawn subtitle">EL LADO OPUESTO</h5>

Claro que también experimenté lo contrario: maestros que no me dirigieron la palabra en todo el bimestre, algún profesor que me dijo directamente que a él nadie le pagaba más por enseñarle a un alumno ciego, o maestros que me dijeron que yo me las tenía que arreglar sin su apoyo y como pudiera.

Para mí la gran respuesta fue y siguen siendo las habilidades socioemocionales. Los maestros que saben lidiar con el estrés, que son creativos y resilientes, y que están en sintonía con su propósito de vida, están sobre cualquier discapacidad y sobre cualquier dificultad.

Puedo asegurar que la verdadera dicha es algo muy simple y que está al alcance de todos, de cualquiera, solo hay que pararse, callar, escuchar y mirar, aunque para pararse, callar, escuchar y mirar -y eso es la meditación- se nos haga hoy tan difícil y a hayamos tenido que inventar un método para algo tan elemental.

No compliquemos lo elemental ni inventemos métodos innecesarios.

La inclusión ya habita en el corazón. Solo hay que recordar cómo practicarla.

Pepe Macías