Roberto Echeverría Venegas DETONA: Esta semana se anunciarán los galardonados por la Guía Michelin en México, y para muchos podría parecer un asunto lejano o exclusivo de las grandes capitales. 

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Sugerimos leer:

<h4 class="subtitle">Pero no.</h4>

Este momento es clave para&nbsp; quienes creemos que la cocina también es una forma de identidad, orgullo y proyección internacional.&nbsp;

<h5 class="handdrawn subtitle">¿Qué es una estrella Michelin?&nbsp;</h5>

Más allá del nombre rimbombante, se trata de uno de los&nbsp; reconocimientos más influyentes en la industria restaurantera mundial.&nbsp;

Otorgadas por inspectores&nbsp; anónimos con una metodología precisa, las estrellas evalúan la calidad del producto, la técnica, la personalidad del chef, la consistencia y la relación calidad-precio.&nbsp;

<ul>
	<li>Una estrella indica que el&nbsp; restaurante es muy bueno en su categoría.&nbsp;</li>
	<li>Dos, que vale la pena desviarse del camino para visitarlo.&nbsp;&nbsp;</li>
	<li>Tres, que vale el viaje en sí mismo.&nbsp;</li>
</ul>

<h6 class="subtitle underlined">¿Por qué importa esto para Nuevo León?</h6>

&nbsp;Porque por primera vez, nuestra gastronomía tiene la&nbsp; posibilidad real de entrar a esta conversación global.&nbsp;

Y no es un tema menor. 

Estamos a menos de&nbsp; un año de ser sede de partidos oficiales del Mundial FIFA 2026.&nbsp;

Monterrey recibirá a miles de&nbsp; visitantes de todo el mundo, y la experiencia que se lleven no solo dependerá del futbol: también&nbsp; dependerá de lo que coman, de cómo lo vivan, y de quién se los sirva.&nbsp;

Una estrella Michelin no solo es una medalla para un chef o un restaurante.&nbsp;

Es una señal clara de que en esa ciudad hay una escena gastronómica viva, profesional, con identidad y calidad.&nbsp;

Es turismo, es posicionamiento, y es también un incentivo para toda la cadena de valor: productores,&nbsp; proveedores, cocineros, sommeliers y restauranteros.&nbsp;

<h4 class="subtitle">Por eso, esta semana deberíamos prestar atención.&nbsp;</h4>

Porque hoy, ya contamos con grandes exponentes de nuestra ciudad y no será solo su logro.&nbsp;

Será un momento que refleja el trabajo&nbsp; colectivo que, desde hace años, se está haciendo para que Nuevo León sea cada vez más&nbsp; reconocido como lo que ya es: un destino donde se come muy bien, y con mucho carácter.&nbsp;

Y si llegaran pocas estrellas esta vez, no pasa nada.&nbsp;

Que nos vean ya es un avance.&nbsp;

Que sepan que&nbsp; aquí se cocina con identidad, con técnica y con corazón, que es apenas el principio de algo más&nbsp; grande, porque algo que siempre ha caracterizado a Nuevo León, es el espíritu de siempre ir por&nbsp; más.&nbsp;

<h6 class="subtitle underlined">Conocer, es no excederse.&nbsp;</h6>

¿Mesa para cuántos?

Opinión

Estrellas Michelin: por qué la gastronomía de NL está en la mira mundial

Roberto Echeverría Venegas DETONA: Sé que el primer paso a un -fine dining- con menú de varios tiempos puede dar algo de nervio. 

<h5 class="handdrawn subtitle">“¿Y si no entiendo los platos?”, “¿tengo que ir muy formal?”, “¿me voy a quedar con hambre?”.&nbsp; </h5>

<h4 class="subtitle">Spoiler: no. </h4>

Y vale totalmente la pena.&nbsp;

Aquí te comparto lo esencial para animarte a vivir una experiencia gastronómica memorable… sin&nbsp; miedo y sin quedarte con hambre.&nbsp;&nbsp;

<h5 class="handdrawn subtitle">Primero: ¿Qué es un menú de degustación?&nbsp;&nbsp;</h5>

Un menú de degustación es una secuencia de platillos (generalmente de 5 a 10 tiempos) pensada&nbsp; para que conozcas lo mejor de la cocina del chef. 

Es como una playlist cuidadosamente curada:&nbsp; empieza suave, te lleva por varias emociones, y termina en alto. 

No vas a pedir a la carta. 

Te dejas&nbsp; llevar.&nbsp;

<h5 class="handdrawn subtitle">¿Y el maridaje?&nbsp;&nbsp;</h5>

Algunos menús ofrecen pairing opcional. 

Esto significa que cada tiempo vendrá acompañado de una&nbsp; copa de vino, cerveza artesanal o incluso cocteles, pensados para realzar cada plato. 

No es obligatorio, pero si eres curioso o te gusta el vino, es un sí rotundo.&nbsp;

<h5 class="handdrawn subtitle">¿Me voy a quedar con hambre?&nbsp;&nbsp;</h5>

Difícilmente. 

Aunque los tiempos son pequeños, la cantidad total suele ser generosa y balanceada.&nbsp; 

Vas a salir satisfecho, no empachado. 

Pro tip: no llegues con demasiada hambre ni comas antes “por&nbsp; si acaso”.&nbsp;

<h5 class="handdrawn subtitle">¿Dónde vivir esta experiencia en Monterrey?&nbsp;&nbsp;</h5>

Si estás listo para animarte, aquí van cuatro lugares donde vas a quedar sorprendido:&nbsp; 

<ul>
	<li>Sibau – Cocina elegante, producto local, técnicas modernas. Ideal para una primera vez.&nbsp; </li>
	<li>Tatemate – Inspiración prehispánica, fuegos abiertos, ingredientes ancestrales. Toda una&nbsp; experiencia sensorial.&nbsp;&nbsp;</li>
	<li>Koli Cocina de Origen – Experiencia narrativa, todo gira en torno al noreste mexicano.&nbsp; Inolvidable.&nbsp;&nbsp;</li>
	<li>Pangea – Un clásico de clásicos. Innovación constante y un servicio impecable.&nbsp;&nbsp;</li>
</ul>

<h5 class="handdrawn subtitle">Tips finales para disfrutarlo al máximo:&nbsp;&nbsp;</h5>

<ul>
	<li>Ve con la mente abierta. No todo lo que vas a comer es “común”. Y eso está bien.&nbsp; </li>
	<li>No necesitas ir de etiqueta, pero sí arréglate. Parte de la experiencia es el ambiente.&nbsp; </li>
	<li>Pregunta. Los meseros están para guiarte. No hay preguntas tontas.&nbsp;&nbsp;</li>
	<li>Disfruta sin prisa. Esto es para saborear, no para correr.&nbsp;&nbsp;</li>
</ul>

<h5 class="handdrawn subtitle">¿Vale la pena?&nbsp;&nbsp;</h5>

Sí. 

Si te gusta comer, si disfrutas de los detalles y quieres conocer nuevas formas de vivir la&nbsp; gastronomía, un menú de degustación es mucho más que una cena: es una historia servida en varios&nbsp; capítulos.&nbsp;&nbsp;

<h6 class="subtitle underlined">Conocer, es no excederse. </h6>

&nbsp;

Menús de degustación para primerizos: cómo vivir la experiencia sin miedo

Roberto Echeverría Venegas DETONA: Con el calor regio ya en modo intenso para esta semana, la mesa también se adapta.

No todos los&nbsp; vinos se prestan igual para las altas temperaturas, ni para una terraza con vista al cerro mientras&nbsp; cae el atardecer. 

Poreso, hoy quiero compartirte una guía sencilla pero sabrosa para escoger el vino correcto para esta temporada, y cambiar un poco la tradicional cerveza.&nbsp;

<h4 class="subtitle">¿Por qué elegirlos?&nbsp;</h4>

Suelen ser más ácidos, más ligeros y se sirven fríos. No hay pierde.&nbsp;&nbsp;

Recomendaciones:&nbsp;

<ul>
	<li>Sauvignon Blanc de Monte Xanic, de Valle de Guadalupe, Baja California.&nbsp; </li>
	<li>Albariño de Paco &amp; Lola, de Rías Baixas, España.&nbsp;&nbsp;</li>
</ul>

Maridan bien con: ceviches, pescados al grill, ensaladas con frutas.&nbsp;

Vinos blancos que refrescan sin complicaciones

<h4 class="subtitle">¿Por qué elegirlos?&nbsp;</h4>

Versátiles, refrescantes y perfectos para socializar. 

Ni tan serios como un tinto ni tan etéreos como&nbsp; un blanco.&nbsp;&nbsp;

Recomendaciones:&nbsp;

<ul>
	<li>Rosé de Monte Xanic, de Valle de Guadalupe, Baja California.&nbsp;&nbsp;</li>
	<li>Excellens rosé de Marqués de Cáceres, de Rioja, España&nbsp;&nbsp;</li>
</ul>

Maridan bien con: charcutería, quesos suaves, tacos al pastor, sushi.

Rosados: el regreso del vino subestimado  

<h4 class="subtitle">&nbsp;¿Por qué elegirlos?&nbsp;</h4>

No todos los tintos son pesados. 

Si los enfrías un poco, pueden ser una joya para noches&nbsp; calurosas.&nbsp;&nbsp;

Recomendaciones:&nbsp;

<ul>
	<li>Calixa Blend de Monte Xanic, de Valle de Guadalupe, Baja California.&nbsp;&nbsp;</li>
	<li>Red Blend de Knock Knock, de Valencia, España&nbsp;</li>
	<li>Mezcla de Tintos de Hacienda la Florida, de Gral. Cepeda, Coahuila.&nbsp;&nbsp;</li>
</ul>

Maridan bien con: hamburguesas, carnes frías, pollo a las brasas.&nbsp;

&nbsp;

Tintos ligeros que aguantan el calor 

<h5 class="handdrawn subtitle">Tips finales para no regarla con el vino en calor:&nbsp;&nbsp;</h5>

<ul>
	<li>Sirve más frío de lo normal: el vino se calienta rápido en Monterrey.&nbsp;&nbsp;</li>
	<li>Copas pequeñas o decantadores con hielo externo.&nbsp;</li>
	<li>Prefiere vinos jóvenes y sin mucha barrica.&nbsp;</li>
	<li>¿Y si es espumoso? Mejor.&nbsp;</li>
</ul>

Más allá del color o la uva, lo importante es que el vino acompañe el momento. 

En este calor regio,&nbsp; lo que uno busca es frescura, sabor y algo que invite a brindar sin pensarlo tanto.&nbsp;

Así que, si este fin de semana vas a destapar algo, que sea ligero, alegre… y bien frío.&nbsp;&nbsp;

<h6 class="subtitle underlined">Conocer, es no excederse.&nbsp;</h6>

Vinos para el calorón ¿rosado, blanco o tinto ligero?

Roberto Echeverría Venegas DETONA: Mi Selección de Restaurantes para  disfrutar este fin de semana.

Se acerca el puente y, si eres de los que prefieren quedarse en Monterrey para disfrutar de su mejor&nbsp; versión —menos tráfico, menos filas, más calma—, este es el pretexto perfecto para consentirte.&nbsp; 

<h5 class="handdrawn subtitle">Hoy te comparto algunos lugares que, si me preguntas, deberías considerar para disfrutarlo como se debe:&nbsp;</h5>

¿Por qué ir? 

Una cocina que rescata tradiciones norteñas con un giro contemporáneo. 

Ideal&nbsp; para una tarde larga entre copas, buena música y platillos que saben a casa, pero elevados.&nbsp;&nbsp;

¿Qué no te puedes perder? 

Su cabrería para compartir, al término que más te guste.&nbsp;

La Colonia

¿Por qué ir? 

Si quieres un viaje gastronómico por México en un solo bocado, este lugar es&nbsp; obligatorio. Escamoles, maíces ancestrales y sabores que reconectan con nuestras raíces.&nbsp;&nbsp;

¿Qué no te puedes perder? 

Los Salbutes de cochinita, que no tienen comparación.

Tatemate

¿Por qué ir? 

Cocina de autor, con presentaciones elegantes y sabores que sorprenden.

El equilibrio perfecto entre técnica, creatividad y pasión en cada plato, por supuesto, que no&nbsp; falte una copa de vino.&nbsp;&nbsp;

¿Qué no te puedes perder? 

Lobster Mac &amp; Cheese, una fusión de sabores que no te&nbsp; imaginabas, pero no te puedes dejar pasar.&nbsp;&nbsp;

Sibau

¿Por qué ir? 

Un paraíso para los amantes del mar. 

Frescura, técnica y creatividad en cada platillo. 

Perfecto para una comida relajada con una buena copa de vino blanco o un cóctel.&nbsp;&nbsp;

¿Qué no te puedes perder?

La tostada de atún fresco, que si la acompañas con una copa&nbsp; de vino blanco, hace un maridaje que no falla.&nbsp;&nbsp;

Abisal Sea Food

¿Por qué ir? 

Tradicional, para esos planes espontáneos que terminan siendo memorables.&nbsp; 

Ambiente casual, platillos para compartir y ese toque "regio de corazón" que tanto nos&nbsp; gusta.&nbsp;&nbsp;

¿Qué no te puedes perder? 

Los tacos de camarón con queso.

Sí, no puedes ir a Moritas y&nbsp; no probarlos.&nbsp;&nbsp;

Botanero Moritas

¿Por qué ir? 

Una nueva propuesta que me sorprendió mucho, su terraza con una vista&nbsp; preciosa, que invita a quedarte horas. 

Desde un tiradito hasta un nigiri de callo, aquí el mar&nbsp; también se disfruta a lo grande.&nbsp;&nbsp;

¿Qué no te puedes perder? 

Lo dije y lo repito, su nigiri de callo, es de los mejores platillos&nbsp; que he probado en un buen tiempo.

Molusco

¿Por qué ir? 

De alma Huasteca.

El menú de autor de su Chef, me ha convertido en&nbsp; discípulo. 

Desde platillos tradicionales, hasta un delicioso jurel zarandeado.&nbsp;&nbsp;

¿Qué no te puedes perder? 

La cachetada de Cecina con jocoque, que hace que sí o sí, te&nbsp; chupes los dedos.&nbsp;

El Lindero

Así que ya sabes: este puente, Monterrey tiene mucho que ofrecerle a tu paladar. 

¿Qué otro restaurante crees que deberíamos agregar a la lista?

<h6 class="subtitle underlined">Conocer, es no excederse. </h6>

¿Puente en Monterrey?

Roberto Echeverría Venegas DETONA: Todos tenemos uno. Ese platillo que no se dice en voz alta, que no subimos a Instagram,  que rara vez pedimos en un restaurante… pero que, cuando estamos solos o con la gente  de confianza, nos hace sonreír desde la primera mordida.

<h5 class="handdrawn subtitle">El mío es la sopa de tortilla. </h5>

<h4 class="subtitle">Sí, esa. </h4>

<ul>
	<li>Roja, espesa, con tiritas de tortilla frita flotando como náufragos felices, queso fresco derritiéndose de a poco, y si hay suerte, un toque de chile pasilla. </li>
	<li>No hay nada sofisticado ahí. </li>
	<li>No es exótica, no tiene espuma de nada ni&nbsp;reinterpretaciones moleculares. </li>
	<li>Pero cada vez que la como, me siento en casa. </li>
	<li>Aunque esté lejos.&nbsp;&nbsp;</li>
</ul>

Es curioso cómo los platillos más íntimos no suelen ser los más elaborados, sino los más sencillos. 

Y también los más juzgados. 

Porque vivimos tiempos donde el gusto se ha vuelto público, medible y, muchas veces, aspiracional. 

Parece que comer debe ser siempre una declaración estética, ética o cultural. 

Pero ¿qué pasa con lo que simplemente nos hace bien, aunque no sea bonito ni correcto?

La comida tiene memoria. 

Y muchos de estos “gustos culposos” no son solo combinaciones arbitrarias, sino atajos emocionales a una infancia, una casa, una tarde sin preocupaciones.&nbsp; 

<ul>
	<li>La sopa Maruchan con limón. </li>
	<li>El pan con leche. </li>
	<li>El chicharrón prensado en tortilla de harina.&nbsp; </li>
	<li>La pizza fría al día siguiente. </li>
</ul>

<h4 class="subtitle">Hay algo profundamente humano en esos platos sin pretensiones.</h4>

<h5 class="handdrawn subtitle">Claro, es fácil avergonzarse</h5>

Vivimos rodeados de recomendaciones, etiquetas, cuentas de chefs y foodies que nos dicen qué deberíamos estar comiendo.

Pero cada vez me convenzo más de que nuestras verdaderas pasiones culinarias no están en las listas de “lo mejor del&nbsp; año”, sino en lo que cocinamos sin querer impresionar a nadie.

Quizás, entonces, no deberíamos avergonzarnos. 

Deberíamos celebrarlo. Invitar a alguien a compartir esa mezcla rara, ese antojo inexplicable. 

Porque en un mundo que&nbsp; insiste en la imagen, cocinar y comer algo solo porque nos gusta —sin explicación, sin&nbsp; contexto, sin justificación— es casi un acto de libertad.&nbsp;&nbsp;

Así que sí, este es un homenaje a la sopa de tortilla.

<h6 class="subtitle underlined">Y a todo lo que no sale en la carta, pero se queda en la memoria. ¡Salud!&nbsp; </h6>

<h6 class="subtitle underlined">Conocer, es no excederse.</h6>

Sopa de tortilla (y otras vergüenzas deliciosas) 

Roberto Echeverría Venegas DETONA: Quienes me conocen saben que por años he tenido un conflicto con la frase: “¿Le traigo lo de siempre, jefe?”.

<h5 class="handdrawn subtitle">Lo he discutido tantas veces, en tantas meses, que sería difícil hacer cuentas de las ocasiones en las que he mencionado esto.&nbsp;</h5>

Todo parte de la costumbre de ir al restaurante en familia. 

Desde hace años, en un lugar icónico en Monterrey, en el que nunca me han llevado un menú; he escuchado como a mi padre los meseros le decían “lo de siempre”, y siempre le hice a mi padre la misma pregunta: “¿Papá, qué es lo de siempre?” 

En general, la respuesta no cambiaba de lugar a lugar, y en cambio, al centro de la mesa llegaban sus platillos favoritos, típicos del lugar en el que estábamos.

Analizando esto y platicándolo con diversos personajes de la gastronomía Norestense, he observado que hay una especie de zona de confort que se activa cuando abrimos un menú. No importa si es una taquería de la esquina, una cafetería de confianza o un restaurante al que no veníamos desde hace años: ahí está el platillo de siempre, esperándonos como una chamarra vieja que no deja de quedarnos bien.

<h4 class="subtitle">—¿Ya sabes qué vas a pedir? Claro. Siempre sé.</h4>

No importa cuántas novedades haya, cuántas opciones suenen prometedoras, cuántas veces haya dicho que esta vez sí voy a probar otra cosa. 

Al final, terminas pidiendo lo mismo de siempre. 

Y no estás solo. 

La mayoría de nosotros somos criaturas de costumbre más que exploradores culinarios. 

Y en la rutina de pedir lo mismo hay una mezcla de nostalgia, miedo y fidelidad.

Es raro, porque en muchos otros aspectos de la vida celebramos el cambio. 

Queremos nuevas series, nuevos gadgets, nuevas experiencias. 

Pero cuando se trata de comida, sobre todo de esa que nos toca el corazón, somos profundamente conservadores.

<h4 class="subtitle">He entendido que no es solo una cuestión de sabor. </h4>

Es una cuestión de identidad. Pedir “lo de siempre” es pedir un momento de certeza. 

Es decir: “hoy, al menos aquí, todo sigue como debe estar”. 

La salsa sabe igual, el arroz tiene la misma textura, y el mundo no se ha salido de control del todo.

Pero hay algo que también me inquieta: 

<ul>
	<li>¿cuántas cosas te estás perdiendo por no atreverte? </li>
	<li>¿Cuántas recetas no descubiertas, cuántas versiones mejores del mismo platillo que no has probado, solo por quedarte con lo conocido? </li>
	<li>¿Cuántas veces confundimos la lealtad con la pereza?</li>
</ul>

<h5 class="handdrawn subtitle">No tengo una conclusión. </h5>

Solo un reto: la próxima vez que veas el menú, quiero que te tiemble un poco la costumbre. 

<ul>
	<li>Que pidas lo que no sabes pronunciar bien. </li>
	<li>Que permitas que el mesero te haga una sugerencia. </li>
	<li>Que te atrevas a sorprenderte. </li>
</ul>

Porque si no te sorprendes, ¿cómo sabrás cuándo un lugar te cautivó de verdad? 

¡Salud!&nbsp;&nbsp;&nbsp;

<h6 class="subtitle underlined">Conocer, es no excederse.</h6>

Lo de siempre, por favor

Roberto Echeverría Venegas DETONA: Hoy en día, a nivel nacional vemos una tendencia más elevada de gastronomía y maridajes. 

Experiencias que van desde combinar platillos con cócteles bien elaborados y pensados, hasta cenas maridaje con grandes vinos del mundo; sin embargo, una pregunta que recibo constantemente es, si el precio de un maridaje define su calidad, o bien, si necesito invertir mucho para tener grandes experiencias. 

La respuesta siempre será… depende.

<h5 class="handdrawn subtitle">¿Por qué depende?</h5>

Porque recordemos que un maridaje proviene del principio de armonizar sabores, texturas, ¡Y hasta colores!.

Donde se busca resaltar o contrastar uno de otro, por ejemplo, si comeremos chocolate, buscaré una bebida como el café que resalte la intensidad del chocolate y me permita suavizar el dulzor, para hacerlo más agradable.

<h5 class="handdrawn subtitle">¿Lo ves? </h5>

No necesitó ser nada muy complicado, ni algo que quebrara mi cartera. 

Algo tan sencillo como este ejemplo, puede ser un maridaje.

Ahora bien, ¿cómo pudiera armonizar mis platillos con mis bebidas (cócteles, vinos, etc.)? 

Empieza tomando en cuenta las siguientes bases: ¿Qué te gusta comer? ¿Qué te gusta tomar? 

Esto es importante, porque si me dijeras que nunca has tomado vino, pero viste un maridaje sensacional en redes sociales, quizá ese maridaje no vaya a ser de tu agrado.

Pero si eres una persona que gusta tomar cerveza, y platillos salados, por ahí puedes comenzar.

Una vez definidos tus gustos, puedes tomar dos caminos: maridar la comida, o maridar la bebida.

Ya que hayas tomado la elección, lo siguiente es hacerte una pregunta tan sencilla como: ¿Con qué me gustaría acompañar este platillo? ¿Esta bebida?.

Te darás cuenta que en tu mente evocan muchas respuestas, desde un ceviche sinaloense, hasta el pastel de chocolate más complejo del mundo. 

Después de lo anterior, será una cuestión de ir probando poco en poco. 

Un bocado de esto, un sorbo de aquello, y prestar atención a los sabores que resaltan en paladar. 

Quizá se siente más la sal, quizá más lo dulce, más fruta, más especias.

No pudiera quedarme sin contestar a esa pregunta qué hacíamos al principio, ¿un maridaje tiene que ser caro para ser bueno? 

<h4 class="subtitle">No necesariamente. </h4>

Sí, el precio de algunos alimentos/bebidas puede denotar una calidad superior, pero en ocasiones un maridaje puede arrancar desde melón en trozos, con una copa de vino rosado, que es aquí, donde tu deberás ser tu propio juez, hacer tus propios experimentos. 

Créeme, en mi paso por el mundo gastronómico, he escuchado lo que he considerado como locuras, que terminan convirtiéndose en mis maridajes favoritos.

Finalmente, recordarte que no necesitas ser un experto gastronómico para hacer tus propios maridajes. 

Gran parte de la gastronomía de la que hoy gozamos, se debió a la experimentación, entonces te invito que hagas este ejercicio y me compartas tu próxima gran idea para probarlo.

<h6 class="subtitle underlined">¡Salud!</h6>

- Conocer, es no excederse.

De maridajes caros y no tan caros

Roberto Echeverría Venegas DETONA: Un elemento que nunca puede faltar en una buena mesa, es una botella de vino.

<h5 class="handdrawn subtitle">Que si blanco, que si tinto, lo importante es que no haga falta.&nbsp;</h5>

Hoy más que nunca, en México buscamos cambiar esa creencia de que el vino solo era para ocasiones importantes: el cumpleaños, el ascenso, las buenas noticias, y transformarlo en un ritual de acompañamiento para el día a día.

Siendo que el vino es una de las bebidas más antiguas del mundo, nos ha acompañado en todos esos momentos importantes en la historia de la humanidad y hoy más que nunca, el mundo gastronómico nos invita a maridar con más platillos y con mayores experiencias, dejando atrás el servicio sofisticado y el caché de beber vino.

Comenzando por la creencia de que un vino “debe ser caro para ser bueno”, hoy en día puedes encontrar muy buenos vinos, en precios razonables, que potenciarán cualquier experiencia o cualquier momento que estés por compartir.

Tampoco necesitas ser el gran conocedor para abrir un buen vino, tan solo debes:

<ul>
	<li>Afinar qué sabores te gustaría encontrar en un vino: Qué tipo de vino (blanco, rosado, tinto), Qué tipo de Fruta, Qué tanta acidez, Frescura y qué tan Complejo quieres que sea. </li>
	<li>Una vez que hayas definido lo anterior, define con qué acompañarás ese vino: Desde un queso crema, hasta un filete mignon.</li>
</ul>

Lo anterior permitirá que definas el perfil de vino más adecuado para la experiencia que vayas a tener.

<h4 class="subtitle">Por otro lado, ¿qué hago cuándo no tengo un sommelier cerca? </h4>

Actualmente existen distintas aplicaciones que pueden ayudarte a escoger el mejor vino para tu experiencia, cuando no tengas cerca un experto, claro; si lo anterior no te convence, dirige tu atención por uvas sencillas: Chardonnay, Sauvignon blanc, Cabernet Sauvignon, Tempranillo, Merlot. 

Estas podrán ayudarte a tener una experiencia que sea de agrado para ti, y tus invitados, así mismo, que pueda combinar con la mayoría de los alimentos que tenemos en un menú.

Finalmente, recuerda que escoger vino no es ciencia de cohetes, la mejor forma de descubrir nuevos sabores, nuevas etiquetas, será probar una y otra vez, y ser el juez de tu propia experiencia.

<h6 class="subtitle underlined">Conocer, es no excederse.</h6>

Roberto Echeverría Venegas