Cambio

El mandamás de Morena llama a la continuidad sin desvíos.
Veremos si la mayoría de la población quiere eso o un cambio.
El plano primario de una elección es siempre ese: continuidad o cambio.
Los estrategas de Morena basan sus cálculos en la aprobación.
Tienen un punto. Pero creo que pierden otro:
más que aprobación a un gobierno, es a una persona.

Por lo mismo, más que respaldo a una gestión es popularidad.
Es, pues, a una persona. Cuando esa persona no esté en la ecuación, ¿qué pasará?
Y otra: no es lo mismo Chana que Juana.
¿Ven a alguien con el arrastre del presidente? Yo no.

La elección del 24 definirá si le alcanza a Morena para ganar con sus clientelas. Son fuertes. Pero hay al menos 3 grandes sectores de excluidos que no son pequeños: son enormes.
Primero, las mujeres.
Ignorar el drama de ser mujer en México es inaceptable: despreciarlas —como ha hecho este gobierno— citando a Fouché, no sólo es una estupidez: es un crimen. Esa mitad de la población va a definir la elección. ¿Por quién votarán?
Seguro no por quienes por décadas convirtieron la suerte de nacer mujer en un infierno.
Pero tampoco creo que voten por quien les quitó refugios, estancias infantiles, escuelas de tiempo completo, la administración del dinero de los apoyos sociales, vacunas a sus hijos o el tamiz neonatal.
Morena tiene el problema de que quien manda y define todo no quiere desviaciones. Zigzagueos, dice.
