Opinión

Convergencia de la ciencia y la gobernación

Carlos Chavarría DETONA® La magnitud de los riesgos que enfrentamos, y que previsiblemente se agudizarán a lo largo del siglo XXI, nos exige aprovechar al máximo todo el conocimiento y los avances científicos que podamos desarrollar.
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Por Carlos Chavarría
Foto tomada de la red
Grupo DETONA®️ aquí, con Carlos Alberto Garza, Secretario de Finanzas y Tesorero General del gobierno de NL. El Tal Samuel ha filtrado la versión de que Carlos se va (porque le estorba) y en su lugar entra otro de sus achichincles: Félix Arratia, alcalde de Juárez, NL, ex secretario del medio ambiente y ex titular de la UIF-NL, un mil usos al más rancio estilo de la vieja -y nueva- política mexicana.
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Sin embargo, hasta ahora, la ciencia no ha logrado superar el escepticismo inherente con la humanidad y, crucialmente, a las estructuras de gobernanza.

 Un ejemplo claro es el cambio climático: a pesar de los esfuerzos de científicos y negociadores, desde la firma del Protocolo de Kioto en los años 90, no hemos conseguido cumplir con los objetivos prioritarios. Este persistente desafío subraya una desconexión fundamental entre el conocimiento científico y la acción política global.

 ¿Ha fallado la ciencia? No, no es una falla de su filosofía.

La ciencia tiene sus propios ritmos, a menudo lentos, que se extienden y fragmentan a medida que el conocimiento se desdobla. Mientras tanto, los problemas que busca resolver avanzan a un ritmo mucho más rápido, superando nuestros esfuerzos por comprender todo lo inexplorado.