Las chicanas del gobernador Samuel García

El término chicana tiene, entre otros, el siguiente significado:
f. Artimaña o procedimiento de mala fe, especialmente el utilizado en un pleito por alguna de las partes.
Trasladado al ámbito público, la chicana como política gubernamental se convierte en una maniobra maliciosa: un recurso deliberado para engañar, confundir, dilatar procesos o evadir responsabilidades bajo una apariencia de legalidad.
Como nuevoleoneses, no solo hemos presenciado, sino padecido —durante más de la mitad del sexenio— un ejercicio del poder en el que la chicana se ha convertido en norma.
“Gobernar a base de chicanas no es gobernar conforme a derecho; es orquestar un fraude a la ley desde la oficina pública.”
Recuento parcial de las chicanas políticas
1. El Paquete Fiscal como instrumento de presión
La omisión o entrega tardía del Paquete Fiscal obligó a la reconducción de los presupuestos 2024 y parte de 2025, permitiendo operar sin las restricciones impuestas por el Congreso.
2. La llamada “Ley Mariana”
Reformas electorales diseñadas bajo una apariencia institucional para facilitar la promoción política de la esposa del gobernador, Mariana Rodríguez, rumbo a 2027.
Dichas reformas también beneficiaron a perfiles cercanos al grupo en el poder, como candidatos a municipios y diputaciones, utilizando el aparato estatal bajo la apariencia de actividad institucional.
3. Publicación selectiva
Uso del Periódico Oficial del Estado como herramienta política para publicar solo decretos favorables y congelar reformas aprobadas por la oposición.
“La ‘maña’ jurídica en el gobierno no es un mérito técnico, sino un indicio criminal.”
Conflicto con el congreso
Para librarse de juicios políticos y amparos, el Ejecutivo ha recurrido sistemáticamente al uso de controversias constitucionales con el fin de dilatar procesos hasta 2025 o 2026.
Además, ha realizado reasignaciones presupuestales para incumplir lo aprobado por el Congreso y evitar negociaciones reales.
Y esta situación, sin duda, continuará en 2026.
“Quería el cetro nacional de mando, pero olvidó que tiene el tejado de vidrio; no debe retar a nadie a una batalla de piedras.”
La candidatura presidencial fallida de 2024
La fallida y risible candidatura presidencial de 2024 fue, sin duda, una chicana política: un intento de dejar a un encargado de despacho afín a su partido mientras competía por la presidencia.
Al fracasar esa maniobra, Samuel García retomó el cargo de gobernador in extremis y de forma irrisoria, cuando el Congreso y la Corte ya habían designado a un interino de oposición.
Uso del aparato estatal como coerción
Se han denunciado clausuras, auditorías selectivas, detenciones arbitrarias, rastreos, espionaje, reducciones en el suministro de agua y presiones administrativas contra opositores, con el fin de forzarlos a alinearse políticamente.
Lo mismo se ha reportado en varios municipios, condicionados a acatar las imposiciones del gobierno estatal.
El uso de chicanas gubernamentales para realizar actos de fuerza empata con la definición de terrorismo político: no es una herramienta de gestión, sino una conducta delictiva disfrazada de técnica jurídica, que debería ser sancionada penalmente.
Retórica, polarización y violencia simbólica
Algunas expresiones del gobernador García evidencian una retórica de confrontación:
- Ha calificado a la oposición como “parásitos”, expresando su deseo de “borrar al PRI y al PAN del mapa” y “sacarlos del país”.
- Se ha referido a los diputados opositores como “gente que pasa el día fastidiando”.
- Ha utilizado el término “extorsionadores” para acusar públicamente a legisladores de exigir beneficios económicos a cambio de aprobar leyes o el presupuesto.
En sus discursos de diciembre de 2025, ha reiterado esa narrativa, acusando al Congreso de intentar “descarrilar” su administración mediante juicios políticos y bloqueos presupuestales.
Asimismo, su propaganda digital en plataformas como Facebook, Instagram, LinkedIn y X (antes Twitter) refuerza esa polarización: promueve ataques, insultos y violencia verbal hacia opositores, alimentando el encono social.
“La utilización de las chicanas produce, entre otras cosas, la ceguera de privilegio.”
Ceguera de privilegio y meritocracia ingenua
La ceguera de privilegio describe a quien no es consciente de las facilidades que posee —como acceso a educación de élite o redes de poder— y atribuye su éxito únicamente al esfuerzo personal, creyendo que quienes no prosperan es por falta de voluntad.
Esa visión deriva en una meritocracia ingenua: la creencia de que el sistema es justo y que “el pobre es pobre porque quiere”, ignorando la desigualdad estructural.
Samuel García ha sido criticado por expresiones clasistas, como las del “sueldito”, el “infeliciaje”, y su declaración:
“En México, en el norte se trabaja, en el centro se administra y en el sur se descansa.”
Con estas actitudes, el gobernador reproduce una visión clasista y una fe ingenua en la meritocracia, acompañadas de un desdén hacia las desigualdades sociales.
“Nació en tercera base y cree que bateó un triple” describe con precisión a quien hereda privilegios y, estando cerca de la meta, cree que llegó por mérito propio.
Consecuencias
El uso sistemático de chicanas deteriora las instituciones y fractura el contrato social.
Cuando se manipulan las leyes para retener el poder en contra de la voluntad popular, ese contrato se rompe, como advertía John Locke.
Una exhortación final al gobernador y a los diputados:
“Gobernar es pactar; pactar no es ceder.”
Privilegien el bienestar de las y los nuevoleoneses, por encima de sus ambiciones de grupo o de secta.
