
Christian Wolff personaje misterioso de Ben Affleck, el contador, regresa para una segunda aventura en El Contador 2.
Ahora una serie de circunstancias hacen que regrese a escena el Departamento del Tesoro y sus elementos de la primera película, cuando la subdirectora Medina (Cynthia Addai-Robinson) tiene que buscar al contador después de que asesinan a su director Ray King (J.K. Simmons).
Conforme se va desarrollando la historia y al ver que la situación es mucho más grande de lo que parece, Wolff tiene que buscar a su hermano Braxton (Jon Bernthal), que apareció en el primer filme como su antagonista.
El filme original del 2016 dejó por asentada mucha base en el personaje autista que Affleck desarrolló. Pues ahora hay un giro de 180 grados que lleva tanto a Christian como a Braxton por nuevos caminos mientras tratan de resolver qué está pasando.

Ahora el filme dirigido por Gavin O’Connor y escrita por Bill Dubuque, los responsables de la original parten en cierto sentido de que la gente ya no recuerda bien a ambos contador y hermano.
Mucho se ha cambiado de relación entre personajes y mucho del desarrollo es que ambos hermanos logren un común acuerdo entre ellos y mientras tanto ver cuantas personas pueden agarrar a golpes o matar en el camino y ese misterioso apoyo tras bambalinas que es Justine (Alison Wright) con su voz electrónica, ahora es toda una organización de talentos.
Sí, mucha de la seriedad de la primera parte se esfuma, se olvida. La capacidad calculadora, fría y asesina de Christian Wolff y el cinismo feo de Braxton no se ven por ningún lado.
Lo único que de repente más de uno expresa “estoy viendo a Daredevil y Punisher juntos”, héroes oriundos de los universos de Marvel.
