Ghostbusters: Apocalipsis Fantasma - Ghostbusters: Frozen Empire / EUA y Canadá, 2024

Ghostbusters: Apocalipsis Fantasma es la continuación de las aventuras de la nueva generación de cazafantasmas, compuesta por Callie Spengler (Carrie Coon), Trevor Spengler (Finn Wolfhard) y Phoebe (McKenna Grace) y el maestro Gary Grooberson (Paul Rudd).
Ahora, operando desde la vieja estación de bomberos, protegen la ciudad de Nueva York de las apariciones ectoplásmicas, léase fantasmas haciendo travesuras en la Gran Manzana.

Luego de una aventura donde el daño a propiedad privada rebasa el capturar a un fantasma, el equipo es puesto en “hold” por nada menos que Walter Peck (William Atherton), enemigo de los cazafantasmas originales y ahora como alcalde de Nueva York, consuma su deseo de frenarlos.
Así es, esta película es principalmente para recordarnos que estamos celebrando 40 años de Cazafantasmas, y no es sorpresa que el equipo completo aparece en pantalla, todos los posibles y nuevos de una u otra forma se integran a la historia.
Inicialmente en Ghostbusters: El Legado (2021) se intentó darle un giro “serio” a la trama, ofrecer que los cazadores de entidades ectoplásmicas pudieran ofrecer aventuras menos deschavetadas y centradas en montajes más “reales”.
Aquí regresamos al grano: Ghostbusters trata de ser diversión abierta sin coherencia alguna. Comedia total y que, si la historia no cuadra en algo, no importa.
Paul Rudd que le queda como anillo al dedo estos papeles, es la nueva fuerza cómica en la serie y la relación entre él y la familia es perfecta.
Y qué bueno y debe abrazar en serio la franquicia ahora que cancelaron en Marvel a su Ant-Man.

Los veteranos Bill Murray, Dan Aykroyd, Ernie Hudson y Annie Potts regresan para disfrazarse nuevamente de cazafantasmas y ejercer presencia en pantalla.
Hasta nos dan de regalo en un momento del filme uno de esos parlamentos entre los veteranos, acelerados y desbocados, llenos de tecnicismos enredados y que suenan más falsos que la foto de Kate Middleton,
Sí se nota primeramente ese afán tipo Shazam del universo de DC que quiere imponer que la familia unida vence cualquier adversidad y por un pelo se les viene abajo todo el teatro con tanta familia y más “familia” en pantalla.