
Por éstos días, hace cinco años, andaba con mi Gaby y la flota familiar en el llamado con toda justicia “concierto de rock clásico del siglo”, celebrado los 7,8,9 y 14,15 y16 de octubre de 2016 en Indio, California.
Les platico: Estuvimos en la primera sesión de tres días, porque debido a que los boletos se vendieron en unas cuantas horas, los organizadores armaron una segunda con el mismo elenco: Bob Dylan, Rolling Stones, Paul McCartney, Roger Waters, The Who y Neil Young.
BOB DYLAN, UN DÍA DESPUÉS DE GANAR EL NÓBEL DE LITERATURA
Nos tocó ver a Dylan un día después de que le otorgaron el Premio Nóbel de Literatura y cual divo que es, nunca conversó con la audiencia y dio instrucciones de que la proyección de su concierto en las pantallas fuera en blanco y negro y sin que se le hiciera el más mínimo acercamiento.
Un dato poco sabido es que este concierto fue organizado por dos Zimmermann, uno que en aquél año tenía 84 y que murió hace un año 10 meses, y su nieto, que hoy tiene 33.
EL INGRESO MÁS ALTO EN UN SOLO EVENTO
Asistimos en total durante los seis días, exactamente 354,701 fanáticos del rock, que en promedio gastamos $214 dólares por piocha, lo cual representó el ingreso más alto de un solo evento en todos los siglos: $75 millones 906 mil dólares.
Uno de los integrantes del staff administrativo de los Zimmermann me dijo que quien más cobró fue Bob Dylan: $1;950,000 por cada una de las dos presentaciones que ofreció, la primera fue de una hora 15 minutos y la segunda de 58 minutos, contaditos.
Como la gente entraba y salía del Empire Polo Club, el que más gente metió a sus dos conciertos fue Roger Waters, quien causó furor cuando criticó agriamente a Trump e hizo una mención al muro que construye en la frontera con México.
El clásico cochino que flota al final de los conciertos de Waters -y que antes lo hacía con los de Pink Floyd- fue dedicado, mediante mensajes en las pantallas, al presidente de Estados Unidos.
Mucho se ha escrito de este concierto y se seguirá escribiendo.
