Humanismo en bancarrota y politización de la justicia
Las fuerzas activas del poder, intrínsecamente opuestas en sus propósitos, se aferran a un statu quo que las originó, negándose a aceptar su obsolescencia.
La Resurrección de Carl Schmitt en la Política Contemporánea.
Carl Schmitt, el controvertido jurista y teórico político alemán, verdadero ideologo constructor del entramado juridico del nazismo que permitio convertir a Hitler en dictador, propuso ideas radicales que critican los cimientos del liberalismo y la democracia parlamentaria, enfatizando la centralidad del conflicto y la decisión soberana.
Sorprendentemente, sus postulados parecen haber sido revividos, quizás de forma inconsciente, por muchos líderes políticos contemporáneos, generando profundos riesgos para la estabilidad democrática global.
El concepto fundamental de Schmitt es la distinción amigo-enemigo.
Para él, lo político se define por la posibilidad existencial de un conflicto extremo, donde un "enemigo" no es un adversario, sino una amenaza a la propia forma de vida de una colectividad (Schmitt, 1932).
En la política actual, esto se traduce en una polarización rampante, donde líderes y movimientos demonizan a la oposición o a grupos específicos, convirtiéndolos en "enemigos del pueblo" o de la nación.
No hay espacio para el diálogo o el compromiso; solo para la confrontación, lo que deslegitima al adversario y exacerba divisiones internas y externas.
Otro pilar schmittiano es la idea de la soberanía del que decide sobre el estado de excepción (Schmitt, 1922).
En momentos de crisis, el soberano tiene la potestad de suspender las normas legales ordinarias para preservar el orden y la existencia del Estado.
Hoy, vemos a líderes que se presentan como "hombres fuertes" o "salvadores", justificando la concentración de poder en el ejecutivo y el debilitamiento de instituciones como el poder legislativo y judicial.
Utilizan crisis –sean económicas, sanitarias o de seguridad– como pretextos para implementar medidas extralegales y centralizar la autoridad, a menudo bajo una retórica de "voluntad popular" que elude los contrapesos democráticos.
Schmitt fue también un crítico acérrimo del liberalismo y la democracia parlamentaria, a los que consideraba inherentemente apolíticos por su énfasis en la discusión y el pluralismo, lo que, según él, impedía una acción decisiva.
Esta crítica resuena en los ataques actuales a la prensa libre, a los medios de comunicación y a los espacios de deliberación, que son desacreditados como "enemigos" o manipuladores.
La retórica populista, que busca una homogeneidad sustancial del pueblo, rechaza la disidencia y el pluralismo como fuentes de debilidad, erigiendo al líder como la única voz auténtica de la nación.
La revitalización de estos postulados schmittianos conlleva serios riesgos: la erosión del Estado de Derecho al subordinar la ley a la decisión del poder; la consolidación de regímenes autoritarios; la intensificación de conflictos al cerrar vías para el diálogo; y el debilitamiento de la confianza ciudadana en las instituciones.
En esencia, la adopción de estas ideas empuja a las democracias hacia la fragmentación y la inacción decisiva.
La irrupción de los feudalismos tecnológicos ha quebrado los frágiles equilibrios que antes garantizaban a gobiernos y corporaciones gigantes una autonomía casi ilimitada.
Ahora, las democracias “guiadas por la red” irrumpen en la escena, reclamando su porción de dominancia sobre el curso de la historia.
Este fenómeno, en el que la tecnología redefine las dinámicas de poder y control, ha sido analizado en profundidad por autores como Byung-Chul Han, quien describe cómo las nuevas técnicas de poder se ejercen a través de la psicopolítica y la sociedad de la transparencia, transformando la libertad en una forma de servidumbre complaciente (Han, 2014).
La Geometría Política Tradicional y sus AxiomasQuebrados.
La geometría política ha perdido sus axiomas fundamentales frente a sociedades cada vez más vigilantes.
Las normas son violentadas por igual por la izquierda y la derecha, una dinámica que explica la intensa lucha por girar hacia el autoritarismo en todas las naciones del mundo (Lesgart, 2018).
Tradicionalmente, la estabilidad y la legitimidad de un sistema político descansaban sobre pilares conceptuales, considerados verdades esenciales.
Estos axiomas de la geometría política tradicional se basaban en la convicción de que el poder debía ser limitado y al servicio del ciudadano.
El Estado de Derecho era el principio supremo: nadie, ni gobernantes ni gobernados, estaba por encima de la ley, garantizando así predictibilidad y seguridad jurídica (Britannica, s.f., "Liberal democracy").
Complementariamente, la Separación de Poderes (ejecutivo, legislativo y judicial) aseguraba contrapesos y evitaba la concentración tiránica, con cada rama ejerciendo un control mutuo (ECPS, s.f., "Liberal Democracy").
Otro axioma crucial era la Soberanía Popular y la Representación, donde el poder emanaba del pueblo a través de elecciones libres y justas, legitimando a quienes los representaban (Britannica, s.f., "Political system").
La Protección de Derechos Individuales y Libertades Civiles era un pilar innegociable, consagrando libertades como la de expresión, que el Estado debía salvaguardar (EBSCO, s.f., "Liberal Democracy").
La Justicia Imparcial e Independencia Judicial se consideraba la garantía de igualdad ante la ley y el debido proceso, con tribunales autónomos ajenos a influencias políticas o económicas.
Finalmente, la Rendición de Cuentas y Transparencia aseguraba que los gobernantes respondieran por sus acciones, fomentando la confianza ciudadana.
Las normas son violentadas, la justicia se politiza, y el poder busca centralizarse, alejándose de estos pilares democráticos.
En este turbulento escenario, la juridicidad es lo que menos importa.
El tutelaje de la justicia, antes percibido como bondadoso, hoy revela su naturaleza más mezquina: un yugo y una condena sin justicia posible (UNAM, s.f.).
La hermenéutica, esa disciplina que busca interpretar las leyes, se ha degradado a ser una mera sirviente de los objetivos políticos y del control social.
Este proceso de "instrumentalización de la justicia" o "lawfare" implica el uso abusivo de las instancias judiciales para fines políticos, manteniendo una apariencia de legalidad que socava la esencia misma del estado de derecho (Infobae, 2024; Wikipedia, s.f., "Guerra jurídica").
La Sombra de la Política en la Justicia Federal.
El proceso para elegir a los jueces del sistema judicial federal ya está en marcha.
Este sistema debería ser, por antonomasia, el estandarte o bastión de la justicia, el poder constitucional encargado de equilibrar los excesos de poder en todos los niveles de gobierno.
Como en todo asunto de la acción humana, los especialistas en justicia han tomado sus posiciones, al igual que los candidatos a los puestos en disputa.
Los primeros, casi todos los más conocidos y experimentados, advierten sobre los graves riesgos para la democracia y la justicia en general, pronosticando que todo quedará ahora sometido a la política y al poder ejecutivo.
Se argumenta, y con mucha razón, que los futuros jueces ya han sido nombrados por el ejecutivo, lo que convierte este proceso electoral en un ejercicio costoso e inútil, diseñado solo para legitimar el autoritarismo.
Por su parte, el ejecutivo que propuso esta iniciativa emplea una retórica coherente con la narrativa de los últimos seis años, atacando indiscriminadamente todo aquello que ha ocurrido en los últimos 30, 40 o incluso 500 años, según convenga a su agenda mediática e ideológica, que aún no se revela con claridad.
Voces críticas señalan que esta administración ha mostrado una tendencia a la destrucción institucional y a la centralización del poder, lo que podría derivar en un "sistema judicial paralelo y costoso" controlado directamente por el ejecutivo (Este País, 2025; Buzos, 2025).
Parafraseando a Cuauhtémoc Cárdenas, "…yo todavía no sé hacia dónde quiere ir y hasta qué final llegara la llamada 4T…".
Dejando de lado la molestia por los obstáculos jurídicos que interpusieron algunos agentes sociales y económicos en el sexenio pasado, lo cierto es que hicieron lo que quisieron, tal como lo han hecho todas las administraciones desde que Calles instauró el "Viejo PRI".
Más allá de la gran capacidad de censura de la que disponía el régimen anterior a MORENA, el sistema político mexicano sigue caracterizándose esencialmente por el poder de reprimir y un "Cesarismo" heredado que ejercen todos los líderes político-económicos, públicos y privados (Wikipedia, s.f., "Cesarismo").
En este esquema, la justicia permanece bajo los mismos términos que en el Imperio Romano: supeditada al poder.
La Búsqueda Inacabada de la Justicia.
La justicia es uno de los temas del conocimiento sobre el que se han escrito más libros que cualquier otro, y sin embargo, aún no logramos discernir con claridad su significado y contenidos.
Pero, sobre todo, no hemos resuelto la mejor manera de conducir su delicado transcurrir entre la economía que motiva la acción humana (donde esten los incentivos, alla se ira la acción), el poder en todas sus formas, y los valores e imperativos categóricos que parecen cada vez más olvidados.
La complejidad de la justicia reside en ese intrincado equilibrio, que hoy se ve amenazado por la instrumentalización política y el desgaste de los principios humanistas, llevando a lo que algunos autores han conceptualizado como la "crisis del humanismo" (Roldán, 2015).
La capacidad de nuestras sociedades para rescatar la justicia de las garras del poder definirá si podemos construir un futuro con un verdadero sentido de equidad y trascendencia.
Referencias
- Lesgart, C. (2018). Autoritarismo. Historia y problemas de un concepto contemporáneo fundamental. Perfiles Latinoamericanos, 28(55), 349-373. Recuperado de https://www.scielo.org.mx/pdf/perlat/v28n55/0188-7653-perlat-28-55-349.pdf
- Roldán, D. A. (2015). La crisis del humanismo en Foucault y Habermas. Pensamiento, 71(265), 7-23. Recuperado de https://revistas.comillas.edu/index.php/pensamiento/article/download/5409/5227/12038
- Snyder, T. (2017). Sobre la tiranía: Veinte lecciones del siglo XX para el siglo XXI. Galaxia Gutenberg.
- Nacif, B. (2019, 2 de diciembre). El riesgo del populismo autoritario. El Universal. Recuperado de https://centralelectoral.ine.mx/2019/12/02/riesgo-del-populismo-autoritario-articulo-escrito-consejero-electoral-benito-nacif-publicado-universal/
- Pariser, E. (2011). The Filter Bubble: What the Internet Is Hiding from You. Penguin Press.
- Pennycook, G., & Rand, D. G. (2021). The psychology of fake news. Trends in Cognitive Sciences, 25(6), 465-472.
- Sunstein, C. R. (2009). Republic.com 2.0. Princeton University Press.
- UNAM. (s.f.). Capítulo decimotercero Tutela y curatela. Recuperado de https://archivos.juridicas.unam.mx/www/bjv/libros/7/3270/15.pdf
- UNESCO. (s.f.). Media and Information Literacy (MIL) for all. Recuperado de https://www.unesco.org/en/media-information-literacy
- Wikipedia. (s.f.). Cesarismo. En Wikipedia, la enciclopedia libre. Recuperado de https://es.wikipedia.org/wiki/Cesarismo
- Wikipedia. (s.f.). Guerra jurídica. En Wikipedia, la enciclopedia libre. Recuperado de https://es.wikipedia.org/wiki/Guerra_jur%C3%ADdica
- Zuboff, S. (2019). La era del capitalismo de vigilancia: La lucha por un futuro humano en la nueva frontera del poder. Paidós.