La inentendible mexicaneidad regresiva

Alberto Halabe Bucay DETONA aquí: “Si respetas mi entrada, yo respeto tu coche”.

Este vicioso anuncio, que se aprecia cotidianamente colgado en las entradas de muchas casas de la Ciudad de México y del área conurbada, junto con el también famoso letrero que dice: “Se ponchan llantas gratis”, y junto con la infinidad de objetos que decoran las calles de la vía pública para apartar los lugares de los dueños de automóviles que colocan dichos objetos (desde cajas de madera, hasta cubetas con cemento y un tubo en medio de las mismas, como si fueran dueños de dichas calles), pudieran explicar en conjunto lo que significa el término: “mexicaneidad regresiva”, que intento explicar en el presente ensayo.

Otros ejemplos que pudieran representar lo que es la mexicaneidad regresiva sin tener que definirla, incluyen los siguientes:

  • Seguir tirando basura en las calles y no levantar la misma de afuera de las casas si no pasó el camión recolector
  • La manía de rayar los automóviles estacionados con llaves o con clavos sólo por diversión
  • La negatividad de cambiar un billete por parte de establecimientos o particulares a pesar de tener el cambio para hacerlo
  • El anuncio de medicamentos agotados en las farmacias públicas y privadas a pesar de tener algunos en sus bodegas...

Pero ésta mexicaneidad regresiva, que debió haber sido consecutivamente progresiva desde hace 75 años que gobernó México el primer Presidente constitucional civil, el Licenciado Miguel Alemán Valdés, y en la que debió haber imperado la lealtad, la honestidad, la justicia, la hermandad y la equidad para haber generado un país próspero donde nadie se estacionaría en las entradas de otros y donde siempre existirían lugares libres en la vía pública para todos los conductores mexicanos, donde no se pincharían llantas ni se rayarían coches intencionalmente, donde nunca habría basura en la vía pública, en cualquier lado que hubiera cambio (morralla) cambiarían los billetes a compatriotas, las farmacias privadas y gubernamentales no acapararían medicamentos, y donde existiría una armonía envidiable... nunca existió, se convirtió en una mexicaneidad regresiva, repito.

Y para retomar el progresismo que hará que México brille gracias a su grandiosa mexicaneidad, única en todo el Mundo, lo primero que habría que analizar, es saber que sucedió por el año 1948, y tratar de revertirlo…

Continuará...

Alberto Halabe Bucay

Médico con título de la Universidad La Salle, pediatra egresado del Hospital Infantil de México “Federico Gómez”, escribe para DETONA y SDP Noticias.