Lady Sheinbaum tiene manos impolutas

Javier Treviño DETONA® Le preocupa esa sangre venezolana sin darse cuenta de que ella se baña en la de los mexicanos todos los días.
Por Javier Treviño Cantú
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Foto tomada de la red
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Hay que evitar un derramamiento de sangre en Venezuela, dice la presidenta de México.

Una de las tantas ocasiones en que Claudia Sheinbaum busca ser farol en la calle mientras la casa está sumida en una trágica oscuridad, afanosa, busca la paja en el ojo de Donald Trump en tanto no contempla la viga en el propio, desde su púlpito mañanero pontifica mientras ignora sus propias fallas.

Le preocupa esa sangre venezolana sin darse cuenta de que ella se baña en la de los mexicanos todos los días, a sus ojos, ese rojo es invisible.

A diferencia de Lady Macbeth, que no dejaba de lavarse tratando de quitarse la sangre del que había asesinado, y que en su imaginación seguía manchando sus manos, Lady Sheinbaum considera que las suyas, como su conciencia, están impolutas.

Lo hace con la convicción que proporciona nunca haber enfrentado un llamado a cuentas, no tener un mínimo de responsabilidad por sus acciones u omisiones.

Aprendió del mejor maestro que las consecuencias de los actos no se confrontan, se evaden, y que nada como la lealtad para ascender en la pirámide política. 

El desplome del Colegio Rébsamen no representó un obstáculo en su camino para brincar de jefa delegacional de Tlalpan a serlo del gobierno de la Ciudad de México. 

Otro derrumbe igualmente rebosante de sangre, la Línea 12 del Metro, tampoco manchó sus ambiciones presidenciales, menos sus errores que transformaron la segunda ola de la pandemia en aquella que registró más muertes excesivas en la capital. 

Un mar de sangre sobre el que navegó airosa para alcanzar la candidatura presidencial y después Palacio Nacional.

¿Cómo esperar entonces que se responsabilice de las muertes y desapariciones que ocurren cada día en el país que formalmente conduce? Son culpa de Felipe Calderón y causadas por esas armas que entran ilegalmente desde Estados Unidos. 

¿Para qué encontrarse con las madres buscadoras? La alternativa es decir que muchos de los desaparecidos así lo están por voluntad propia, es que no están muertos, andan de parranda.

No es solo la sangre derramada por balas o cuchillos, es la sangre que deja de fluir en aquellos que mueren por falta de medicamentos, procedimientos quirúrgicos o atención médica. 

Una sangre que tampoco mancha las manos presidenciales. 

Ya visitó Sheinbaum una farmacia y la encontró limpia y extremadamente bien surtida, aparte están ahora esos puestos callejeros más apropiados para vender tacos. No deja de ser representativo del fracaso obradorista el tránsito de la Megafarmacia a los mini changarros. 

Si todo falla, como es de esperarse, siempre se puede culpar a las farmacéuticas, como ya lo ha hecho la presidenta (Calderón en este caso suena menos creíble de lo habitual)

A la sangre de homicidios dolosos y desaparecidos forzados se tendría que agregar la de aquellos muertos que con medicinas y adecuada atención médica hoy seguirían vivos, un número imposible de conocer. 

De la misma forma, las muertes provocadas por la negligencia de las autoridades, como los fallecidos por la explosión de la pipa de gas (que nadie recuerda más allá de sus deudos).

Pero la presidenta de México mejor habla de esa sangre venezolana que no quiere ver derramada. 

Pontifica sobre la no intervención como si ignorara que el poder represor de las armas las tiene Nicolás Maduro, otro cuyas manos chorrean de la sangre de sus compatriotas y que ha derramado desde ese poder que se rehúsa a abandonar. 

Pero para Lady Sheinbaum están impolutas, tanto como las suyas propias.
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Javier Treviño Cantú
Javier Treviño es Vice Presidente de Walmart para México y Centroamérica. Fue Director General Ejecutivo del Consejo Coordinador Empresarial, CCE. Además es Fundador y Presidente de la consultoría Javier Treviño y Asociados. Es Licenciado en Relaciones Internacionales por El Colegio de México y Maestro en Políticas Públicas por la Escuela Kennedy de Gobierno de la Universidad de Harvard. En el Gobierno Federal, se desempeñó como Subsecretario de Educación Básica; Subsecretario de Planeación y Evaluación de Políticas Educativas; Oficial Mayor de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público; Subsecretario de Cooperación Internacional de la Secretaría de Relaciones Exteriores; y Ministro de Información y Vocero en la Embajada de México en los Estados Unidos durante las negociaciones del Tratado de Libre Comercio. Javier Treviño fue Asesor del Secretario de Desarrollo Social Luis Donaldo Colosio; Secretario General de Gobierno de Nuevo León y Diputado Federal por Nuevo León. En el sector privado, fue Vicepresidente Senior de Comunicación y Asuntos Corporativos de CEMEX. Fue miembro fundador y Vicepresidente del Consejo Mexicano de Asuntos Internacionales. Es miembro del Consejo de la Fundación de El Colegio de México. Es miembro fundador del Consejo Asesor del Mexico Institute del Woodrow Wilson Center. Es miembro del Consejo del Center for U.S.-Mexican Studies de la Universidad de California, San Diego. Y ha sido miembro de los consejos de la Fundación para las Américas de la OEA y del North American Center de Arizona State University.