Los besamanos

Se acostumbran para hacer reverencia al encumbrado. A quien la fortuna le ha sonreído en plenitud. Comidas majestuosas. Repartidas las invitaciones de manera discreta. Trenzado el hilo blanco del buen gusto. 

Los subordinados sonríen a la lente de las cámaras. Valida el compromiso del viento a favor. La inasistencia es agravio. 

En la doctrina de las generaciones corruptibles, los pares se idolatran. Merecen eso y mucho más. Profesionales de la lisonja. Del regalo exprofeso. Separar en la agenda el fingimiento de la sensatez. 

Para tener derecho al picaporte, de no hacer sala o de favores en la necesidad. Así se tejen las redes de la complicidad. 

No hay político con cetro sin besamanos. Soportar la humillación, besar el zapato de diseñador o el mismo polvo donde los pies transitan. 

En ello duermen los príncipes. Al lanzar los vivas con la copa muy en alto. A la salud sexenal o del trienio. Abotonan las alforjas de sus castillos construidos bajo el barro o la arena de una playa sin fondo. 

Son los vagabundos del mundo desordenado.

De las relaciones públicas. Queman sus alas y se despeñan contra el vacío.  

Luego, volverán a alzar sus copas. Renovados corazones.

Muerto el rey. Viva el nuevo rey.  
Gerson Gómez

Morelense de cepa Regiomontana. LCC con especialidad periodismo (UANL). Doctor en Artes y Humanidades (I.C.A.H.M.). Tránsfuga de la mesa de redacción en diferentes periódicos como El Diario de Monterrey, Tribuna de Monterrey, y del grupo Reforma en el matutino Metro y vespertino El Sol. Escort de rockeros, cumbiamberos, vallenatos y aprendices al mundo de la farándula. Asiste o asistía regularmente a conciertos, salas de baile, lupanares, premieres, partidos de fútbol y hasta al culto dominical. Le teme al cosmos, al SAT, a la vejez y a la escasez de bebidas etílicas. Practica con regularidad el ghosting. Autor de varios libros de crónica como Hemisferio de las Estaciones, Crónicas Perdidas, Montehell, Turista del Apocalipsis, Monterrey Pop y Prêt-à-porter: crónicas a la medida.