Muchas tortas...

Hasta el momento, la campaña a la presidencia de la República del Movimiento de Regeneración Nacional (MORENA) y aliados se ha llevado tranquila a base de mítines populares; se ha alejado de invitaciones difíciles como son las de banqueros, agricultores, giras a Estados Unidos.
Y para el caso de la Conferencia del Episcopado Mexicano, con objetivo de invitar a los candidatos a firmar el "Compromiso Nacional por la Paz" en un esfuerzo por construir nuevos tejidos sociales en México, asistió, (su abanderada) pero solo para tomar nota y decir que firmaba la propuesta, pero que no estaba de acuerdo porque en México todo está requetebién.

De lo anterior, se puede prever que la campaña será una campaña de mítines, aprovechando la mayoría de los estados gobernados por administraciones morenas.
Los costos fijos de un mitin son la renta del lugar, (excepto los públicos) publicidad, escenario, tarimas, equipos de audio, iluminación, toldos, pantallas LED, grupos musicales, entre otros.
Los costos variables son los camiones, los refrescos, las tortas, los folletos impresos, los honorarios por asistente, las sillas, las camisetas, las gorras.
El costo marginal es el cambio en el costo total de asistencia a un mitin político que se ocasiona al lograr, llevar o acarrear un asistente adicional y como sabemos lo importante es que se vea la plaza llenita pa’ las fotos, eso significa muchas tortas.

Al parecer, no solo los mítines, sino en general toda la campaña de la ahora candidata morena de triste y lánguida figura, les están resultando muy caros debido al modelo rancio de asistencia por “incentivos”.
Aun sin conocer el detalle real del costo de la campaña morena a la presidencia, no la que reporta al INE, podemos especular que los rendimientos del exorbitante gasto previo a la campaña y el que se ve ahora en la campaña tienen rendimientos decrecientes o en el mejor de los casos rendimientos constantes.
Esto es observable en el hecho de que la famélica abanderada se mantiene en los mismos niveles de intención de voto que hace dos años.
A pesar de las insultantes cantidades de dinero y recursos (públicos, por cierto) que se le inyectan a “su” campaña o, más propiamente dicho, a la campaña de reelección por interposita persona del verdadero candidato, que es, el comentarista mañanero de Palacio.
