Siete Puntos

¡Muera el racismo!

Me parece que, en un acto de gran soberbia, creemos no ser racistas... pero la realidad es otra.
Por Padre Paco
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1.

Pues ya se cumplieron cuatro años, y AMLO no baja en su popularidad, sus seguidores continúan apoyándolo, y se ciegan antes sus dislates u ocurrencias distractoras.

Pero también, quienes se han convertido en sus enemigos, permanecen negándole cualquier buena intención, y se vuelven sordos a lo que diga, aunque pudiera tener algo de verdad su aseveración.
Foto gobierno de México.

Así, si afirma que dos más dos son cuatro, quienes lo detestan replicarán con gran molestia que es una mentira o, cuando menos, una distorsión de la realidad,

2.

Se alegará que lo tiene bien merecido, que el mismo ha generado tanta hostilidad en su contra con sus burlas y descalificaciones. Quizá. Pero más allá de filías o fobias, podríamos todos, simpatizantes y rivales, atender con objetividad y sin apasionamientos algunos de esos asertos, analizando con frialdad sus contenidos.

Un ejemplo de este ejercicio podría ser el prestar atención a lo dicho por el presidente el pasado jueves, en el marco de las celebraciones por la conmemoración de la independencia: “muera el racismo”, gritó entre otras aclamaciones.

3.

Tal enunciado se equiparó con sus vivas por la fraternidad universal -asociada a la masonería- y con su “muera la corrupción” -no castiga a sus familiares corruptos, se recuerda-, descalificando por igual a las tres referencias.

A ver. Si nos concentramos en la diatriba presidencial contra la discriminación por la raza: ¿hay algo qué objetar? ¿es una distracción más? ¿ese fenómeno no se da en nuestro país? ¿forma parte de los “otros datos” mañaneros?

Estudios recientes nos dicen que tal rechazo a algunas personas por su pigmentación está muy vivo en México.

Padre Paco
El sacerdote José Francisco Gómez Hinojosa (Monterrey, México, 1952) exVicario General de la Arquidiócesis de Monterrey. Es diplomado en Teología y Ciencias Sociales por el Departamento Ecuménico de Investigaciones de San José, Costa Rica, y doctor en Filosofía por la Pontificia Universidad Gregoriana de Roma. Ha sido profesor en el Seminario de Monterrey, en la UDEM, el ITESM, la Universidad Pontificia de México, el Teologado Franciscano, el EGAP (Monterrey) y la Universidad Iberoamericana (Centro de Extensión Monterrey).