
Les platico:
Lo primero que noté en el evento de Cayetana, Paco Calderón y María Scherer Ibarra, fue la ausencia de ese montón de políticos que andan por ahí presumiendo sus afanes de morir y matar por la ciudadanía.
Este evento fue la oportunidad para que abrevaran sus huecas vasijas con mensajes para la sociedad, pero tuvieron miedo de ir a ver y escuchar a un personaje que ha recibido acres críticas del poder gubernamental.
Tampoco fueron Samuel ni alcaldes ni legisladores, por diez poderosas razones: miedo.
Se perdieron de una oportunidad única de nutrirse de ideas y propuestas que van más allá del propósito de alentar a los jóvenes a que este 2 de junio, vayan a votar.
Fueron 45 minutos de un mensaje, que de haber llegado a esos políticos, podría representar para el electorado la posibilidad de tener acceso a ideas frescas y aterrizadas sobre el quehacer de la democracia.
Pero salvo muy poquitas excepciones, los políticos y gobernantes actuales de estas bárbaras y sedientas tierras del norte, no fueron.
Y entre los que sí andaban por ahí, fue muy penoso que en momentos álgidos del mensaje de Cayetana estuvieran recibiendo y enviando mensajes en sus celulares sin ponerlos en silencio.
Fue una cabronada y una falta de respeto a los ponentes y a la audiencia, que sí fuimos a nutrirnos de esta experiencia, creo que única, antes de las cruciales elecciones del muy cercano 2 de junio.
- Mi mensaje a los organizadores aparece en el Colofón de esta columna.
- No les va a gustar lo que escribo para ellos pero ni modo, es el riesgo de querer audiencia, renunciando a la influencia.
Personalmente platiqué con autoridades de las universidades locales y no solo no fueron a este evento, sino que también tuvieron miedo de promoverlo entre sus vastos alumnados.
Ni un solo rector se hizo presente y los estudiantes, aunque animados, no asistieron en el número que se esperaba.
En próximos artículos analizaré las posibles causas de ello; por lo pronto, aquí les va un resumen de mis apuntes sobre el mensaje de Cayetana, y al final, la liga para que puedan escuchar su mensaje completo, con todo y los "efecto especiales" de un niño que no paró de berrear en todo el santo evento. ¿Arre? ¡Arre!

La política:
- Pareciera que está en manos de peleles y monigotes; de pendencieros, de personas con poca educación y ningún escrúpulo.
- Suplen su falta de argumentos con ataques personales y atajos sentimentales.
- Que están más pendientes de Instagram que del interés general.
- El resultado es un rompimiento del vínculo afectivo entre los representantes y los representados.
- Crisis no política, sino de la política.
- Socava la fase misma de la democracia liberal.
- Poderes desencantados, apáticos.
- Jóvenes apáticos, atrapados en las redes sociales, que dicen: para qué votar, si al final da igual.
- Pues no, estimados jóvenes, no da igual.
- Pocos oficios hay más prestigiados que la política, pero ninguno hay más importante.
- Los políticos son la prioridad más importante de la élite de la sociedad, en el sentido más grave de la palabra élite.
- Nadie tiene una mayor responsabilidad.
- Las decisiones de los políticos afectan a todos los ámbitos de la sociedad, de los ciudadanos.
- Desde lo más elemental, como el suministro de la electricidad -y aquí lo saben bien- hasta lo más drástico, la lucha contra la pobreza, la gestión de una pandemia, la participación en una guerra.
- De ahí la crucial importancia de que se dediquen a la política los más inteligentes, los más competentes, los más honrados, los mejores y esto solo se consigue de una forma:
- Votando.
- Los jóvenes tienen en sus manos la posibilidad de que la política no sea un fango donde chapotean los egoistas y mediocres y se acerque a su ideal: la gobernanza íntegra e integradora, inteligente de la causa común.
- La razón necesita representación y la necesita de forma urgente.
- Los jóvenes necesitan interesarse, implicarse en la política.
- Necesitan opinar de la política; practíquenla, en forma activa o pasiva, con la movilización y con el voto.
- El voto iguala a todos los mexicanos. A una joven campesina de Chiapas con un viejo poderoso magnate de Monterrey.
- El voto es la fuerza más poderosa de la que dispone el ciudadano.
- Es el sable de luz que permite derrotar al gran traidor y restituir la justicia y la paz.
- Por gran traidor me refiero a Darth Vader, claro.
- Los jóvenes ¿van a renunciar a ese poder?
- Jóvenes, voten con fuerza, voten con ganas, voten con ilusión.
- La indiferencia no es una opción, porque del páramo de la indiferencia solo crece un fruto y es amargo, se llama populismo.
