Presidente, Claudia es mujer


Qué manera de equivocarse el presidente López Obrador al hacer alarde de su dominio sobre Claudia Sheinbaum.
¿En qué cabeza cabe que la primera mujer presidenta de la República va a pasar a la historia como títere manejada por un hombre?
Lo que hace López Obrador con la presidenta electa es ofensivo para cualquier persona. La desautoriza delante de todos y le impone tiempos para sus reformas.
Ningún sentido tenía el beso empalagoso e imprudente que le dio a la próxima presidenta. En una reunión de amigos en la euforia del festejo por el triunfo, se entiende.

Pero hacerlo en público, para la foto, es cuando menos de mal gusto.
Son tantas, y en unos cuantos días, las señales que manda AMLO de dominación sobre Claudia, que la está obligando a construir aceleradamente su propio espacio y la toma del poder real.
Por más coincidencias que haya en el diagnóstico de los problemas estructurales del país y en las rutas para enfrentarlos, lo personal es otra cosa.
Hacer alarde de control sobre su sucesora es un error, no digamos político, sino por el desconocimiento de la condición humana. Con un agravante para AMLO: Claudia Sheinbaum es mujer.
Sheinbaum frenó a los líderes legislativos de su partido cuando anticiparon que las reformas de AMLO, señaladamente la del Poder Judicial, se votaría en septiembre.
