Primero López Obrador, luego el país


La respuesta a la crisis política que vive la presidenta Claudia Sheinbaum por el asesinato del alcalde de Uruapan, Carlos Manzo, aclara, por lo menos hasta el cierre de esta edición, que está dispuesta a sacrificar al país para salvar a su jefe y mentor, Andrés Manuel López Obrador.
El plan de paz y pacificación que anunció ayer para Michoacán es una salida rápida al aprieto en el que se encuentra, pero no pretende una solución de fondo.
El plan busca cubrir el haber dejado a su suerte a Manzo, contra quien una campaña indigna –que impulsó para minimizar el crimen y dejar que se deslizara la justificación de que era permisible por tener una agenda de extrema derecha, lo que en sí era mentira–, había alimentado las críticas de “libertarios” y radicales de oposición.






