Qué chavocha la chevecha

Que los cerveceros no chillen si los limitan; los pulqueros no chillaron, se adaptaron.
Por José Francisco Villarreal
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Calderón DETONA aquí.

En San Nicolás, cerca de casa existe una calle que se llama Tlachicuerías. Casi todos a quienes he preguntado por el nombre suponen que tiene qué ver con los tlacuaches.

A algunos les aclaro la confusión, a otros los dejo seguir soñando en marsupiales.

Creo que el equívoco tiene qué ver con la grafía. No sé quién definió la nomenclatura de esa calle, pero lo hizo mal.

EL PULQUE...
"La tertulia". José Agustín Arrieta, 1851. Foto cortesía del INAH.

En esa zona había y aún hay tlacuaches, pero hace muchos años también había tlachiques, donde los tlachiqueros solían procesar el aguamiel de maguey y fabricar pulque.

Alguna vez leí que el pulque, así como en otras partes de México, era la bebida alcohólica común en el viejo, muy viejo Nuevo León.

Es lógico si consideramos que también se colonizó estas tierras con indios que sabían hacer pulque, de la República de Tlaxcala, un estado aliado y súbdito directo de la corona española.

Perdón por la referencia tan forzada, pero me encanta restregar el dato mestizo a la novedosa y mamila plebe de “whitexicans” norestenses.

... ENLATADO
Foto archivo DETONA.

A pesar de vivir a unas calles de Tlachicuerías, y donde alguna vez florecieron los tlachiqueros, sólo he probado el pulque una vez en mi vida, ¡enlatado!

Por el contrario, desde niño he bebido cerveza y mezcal.

La cerveza (Indio) la distribuía moderadamente mi agüelo a la hora de la comida.

¡Nada de refrescos! El tiempo y un santoclos risueño me haría luego adicto a las “aguas negras”.

El mezcal lo bebíamos en pequeñas dosis con infusión de canela o café, para aguantar los “friyazos” de enero, capaces de atravesar el edredón. Pero el pulque reinero ya era historia hace más de medio siglo.

LA PROHIBICIÓN...
José Francisco Villarreal
Regiomontano pero criado en el medio rural cuando aún no esterilizaban a la tierra a fuerza de cemento, asfalto y contaminación. Estudiante prófugo de Letras Españolas y de FIME en la UANL pero con título de Técnico Mecánico Electricista. Con ese singular aval fue maestro de Humanidades en preparatoria del Tec de Monterrey, colaborador en publicaciones culturales locales y regionales, polizón y luego miembro del staff del suplemento cultural “Aquí Vamos” del diario “El Porvenir”, convidado en segunda generación del Centro de Escritores de Nuevo León, y mecánico de piso en Cervecería Cuauhtémoc y CyDSA. Ha sido también guionista en Televisa Monterrey y luego, en diferentes tiempos, jefe de Información y de Redacción en el área de noticias. Ahí mismo, eminencia gris, o discreto fantasma, en el análisis de información y en la planeación de estrategias de cobertura e investigación. También fue celoso cancerbero de la biblioteca y hemeroteca de esa empresa televisora. Al borde del ocaso, fue colaborador, asesor, redactor, responsable editorial y eventualmente director de Noticias en NRM Comunicaciones. Actualmente cuida de cuatro perros y una paloma inválida.