Tendajos Vs. puesteros

Hace unos días nos dimos una vuelta mi esposo y yo a las calles de 5 de Mayo y Colegio Civil, haciendo tiempo a que empezara una ópera que fuimos a ver.
Apenas entras, te das cuenta de que la vida no solo ocurre en las banquetas, sino que invade casi toda la calle.
Los puestos y negocios informales se extienden hasta la mitad del camino, formando un laberinto de colores, gritos y ofertas que llaman la atención de cualquiera que pase por ahí.

La gente camina pegada, esquivando mesas llenas de juguetes, ropa y electrónicos mientras los vendedores gritan sus ofertas:
"¡Barato, barato, llévelo aquí!”
Todo está a la mano y, aunque algunos locales apenas se ven porque los tapan los tendajos y puestos, los consumidores ni se inmutan.
Aquí, lo que importa es encontrar algo accesible y práctico.
Es fácil entender por qué esta zona atrae a tanta gente.
Con todo apretado uno contra otro, no necesitas caminar mucho para comparar precios.
Desde calcetas hasta audífonos, todo está a la vista.




