


Me quedaré ronco, tal vez, por los 365 gritos hondos y cargados de coraje y sed de justicia, pero eso es un precio menor ante el tamaño de la descomposición del país que vive México y que, día a día, avanza hacia el punto cero, es decir, la posible quiebra de la nación en manos de gobernantes ineptos.
No es nada más un problema de ideología o fanatismo doctrinal el de los gobernantes morenistas, verlo así es reducir las cosas a un factor que explica una parte, pero omite ver el resto del todo.
El problema es más terrenal: la creación y sobrevivencia del Movimiento de Regeneración Nacional como maquinaria electoral requiere de un flujo incesante de dinero para tener presencia y arrebatar todas las elecciones posibles a cualquier nivel político.





