El INEGI, la verdad y los otros datos

Como todos los organismos autónomos, el INEGI le resulta bastante incómodo al presidente López Obrador.

Como todos los organismos autónomos, el INEGI le resulta bastante incómodo al presidente López Obrador.

Desde su arribo a la presidencia anunció que él diseñaría un cuadro de indicadores económicos que fuera más apropiado  para medir “el bienestar y la felicidad” y que substituya a los que están actualmente en uso en el tema de estadísticas nacionales.

Ahora con la nueva dirección del organismo,  de un plumazo la presidencia quiere no solo borrar la historia http://ovsyg.ujed.mx/docs/marco-normativo/Antecedentes_de_la_estadistica_en_mexico.pdf

que le dio origen al  INEGI en 1983, sino romper con toda la consistencia estadística que ha descrito el desarrollo de nuestro país en todas sus etapas.

Es cierto... 

...nada hay más elusivo que la verdad.

En el mundo real no existen verdades o mentiras, solo hechos o sucesos, aunque lo real también es muy travieso y se puede transfigurar debido al problema de la medida y la simbología usada para convertir los puntos de datos  en estimaciones sobre la conducta y fenómenos que rodean el acontecer.

También es cierto que se puede mentir o medio mentir engañando con los datos, sobre todo si son sujetos a manipulaciones metodológicas diversas, pero lo que ocupa el presidente es que los datos “del INEGI” coincidan con su discurso cotidiano y no al revés.

Si los pronósticos no coinciden con la realidad, peor para la realidad.
Más o menos así esta el ánimo estadístico de la presidencia de México.

Más perdido no podría estar el futuro cuando el tablero de control del avión, que le permite al gobierno guiar sus pasos, apunta a un país que no existe.

Aquellos que asesoran al presidente deben ser algo perversos porque si las estadísticas se han ido perfeccionado con los años, es porque de nada sirve tapar al sol con un dedo, cuando las cosas andan  mal.

Que  caso tendría hablar de una inflación menor cuando en el comercio los ciudadanos se topan con la versión  más cruel del aumento de precios?

¿Tendría sentido hablar de alguna forma nueva para medir el bienestar cuando el crecimiento económico o PIB indica una tragedia nacional que se vera reflejada en la falta de oportunidades de empleo e inversión?

Es tan absurdo como tratar de medir la realidad con puras encuestas acerca de la “percepción” de los fenómenos, más aun cuando lo medios de comunicación y las redes sociales distorsionan la información alterando la opinión pública.

Sin embargo, no debemos olvidar que si bien el gobierno puede llevar sus estadísticas en el INEGI también hay otras organizaciones publicas y privadas que con toda seguridad harán lo propio para poder seguir operando en el país porque las mentiras podrán servir para engañar pero no para mejorar el estado real de las cosas.

No debemos olvidar que antes de 1983, antes del INEGI era deporte nacional mentir por parte del gobierno y hasta se hablaba del “milagro económico mexicano” que se esfumo ante las primeras tensiones causadas por el manejo irresponsable de Luis Echeverría de la soberanía monetaria que recién durante su gobierno recupero la hacienda mexicana.

Perdón, olvidaba que es hacia esa época a la que busca regresar la 4T.
Carlos Chavarría

Ingeniero químico e ingeniero industrial, co-autor del libro "Transporte Metropolitano de Monterrey, Análisis y Solución de un Viejo Problema", con maestría en Ingeniería Industrial y diplomado en Administración de Medios de Transporte.