El sentido perdido del bien común



Sin embargo, todas comparten una misma inquietud: comprender el ejercicio del poder en función del bien colectivo.
Aristóteles concebía la política como “la ciencia de lo bueno”, orientada a alcanzar el bien común mediante la organización y administración de las ciudades-estado.
Max Weber la definió como “la búsqueda del poder”, enfocándose en la lucha por el control y la legitimidad dentro de las instituciones.
John Stuart Mill, por su parte, la entendió como “la acción colectiva que busca la mejora social”, resaltando el papel de la ciudadanía.
Y Maquiavelo la resumió como “el arte de gobernar y mantener el poder”, destacando la astucia y la pragmática en la toma de decisiones.
Estas visiones, aunque distintas, confluyen en un mismo principio: la política debe servir al bien común.
El ejercicio del poder pierde sentido si no busca el beneficio mayor de la sociedad o, al menos, si no evita el mal mayor.






