Entre el negocio y las elecciones

Sé del dueño de un minisúper que está viendo la posibilidad de adquirir vacunas y esconderlas, para elevar su precio cuando la demanda sea mucha.
1.

Pues parece que, después de casi un año, las vacunas contra el COVID-19 ya se acercan.

Es cierto que no están a la vuelta de la esquina, pero el hecho de que gobiernos estatales y empresas privadas las puedan conseguir y distribuir representa una esperanza fundada en que en unos meses todos podamos estar vacunados.

Todavía falta resolver detalles de logística, de producción en los grandes laboratorios que las fabrican, de certeza sobre su eficacia.

Pero hay dos fantasmas que acechan, en espera de asaltarlas …

2.

...para aprovecharse de ellas: el negocio y las próximas elecciones.

Veamos. Una de las grandes ilusiones que se generaron desde el inicio de la pandemia era que pudiéramos contar, en el menor tiempo posible, con una vacuna… gratuita.

El problema será que, como ha sucedido con las pruebas, la lentitud de los resultados ha hecho que muchas personas busquen el análisis en laboratorios y centros hospitalarios privados, con el consiguiente costo, muchas veces elevado para la mayoría de la población.

3.

Las grandes empresas que consigan la vacuna: ¿la obsequiarán a sus trabajadores?

¿Les rebajarán de su salario lo que invirtieron para adquirirla? Si la comercializan:

¿Será a precios accesibles o buscarán lucrar con ella? ¿Qué porcentaje de ganancia perseguirán?

Sé del dueño de uno de los llamados minisúper que cuenta con amplios refrigeradores.

Está viendo la posibilidad de adquirir vacunas y esconderlas, para elevar su precio cuando la demanda sea mucha.

Tal suerte de acaparamiento sería un crimen que clama al cielo.

4.

Pero tampoco es momento para hacer negocio con la vacuna. No se trata de vender cervezas o refrescos embotellados, ni de sujetarse a las fluctuaciones de la oferta y la demanda.

Tampoco de enriquecerse con su distribución.

Estamos ante un tema de vida o muerte, en especial para la población más vulnerable.

Ojalá y esas empresas que califican como responsables socialmente pongan la muestra.

Es la hora de servir a la comunidad y tienen una oportunidad que, quizá, jamás se les había presentado. Espero que no la desaprovechen.

5.

Y está el tema de las campañas electorales.

Ya veo al candidato o candidata posando, frente a un laboratorio móvil que muestra una leyenda con su nombre y partido -si es que le conviene recordarnos por cual bandera partidista compite-, con cubrebocas y careta, y presumiendo que él o ella traerán la prosperidad a nuestra localidad, así como trajeron la vacuna.

Alguien me dijo que votaría por quien le consiguiera la esperada solución.

No importa si es sólo un detalle aislado. ¿Se aprovecharán de esta ansiedad los contendientes?

6.

No es momento tampoco para lucrar políticamente con la inmunidad de los electores.

Bien podrían donar una buena parte del financiamiento que les ha sido otorgado, y emprender campañas austeras y sobrias, dando ejemplo de preocupación por lo que es en verdad importante: la vida de sus representados.

Sería muy lamentable que, así como algunos gobernantes dosifican la obra pública incrementándola en tiempos electorales, así también administren la distribución de la vacuna en función de los comicios. Veremos.

7.Cierre ciclónico

No he leído, salvo algún comentario aislado y mezquino en redes, artículos en los que se desea que el Presidente de la República empeore en su enfermedad o, mucho menos, que pierda la vida. Por el contrario.

No sólo sus acérrimos seguidores, sino hasta los que él considera sus enemigos, han expresado parabienes y deseos de pronta recuperación. Qué bueno.

¿Sería muy difícil que ese tono de cortesía y amabilidad prevaleciera en el discurso político, desde el poder y desde la oposición?

Padre Paco

El sacerdote José Francisco Gómez Hinojosa (Monterrey, México, 1952) es el actual Vicario General de la Arquidiócesis de Monterrey. Es diplomado en Teología y Ciencias Sociales por el Departamento Ecuménico de Investigaciones de San José, Costa Rica, y doctor en Filosofía por la Pontificia Universidad Gregoriana de Roma. Ha sido profesor en el Seminario de Monterrey, en la UDEM, el ITESM, la Universidad Pontificia de México, el Teologado Franciscano, el EGAP (Monterrey) y la Universidad Iberoamericana (Centro de Extensión Monterrey).