

El antiguo Régimen de la Revolución, para evitar ser juzgado por otras naciones, optó por lo que llaman “doctrina Estrada”.
La no intervención en los asuntos internos de otros países y el derecho a la autodeterminación.
Si bien cuando se enunció, el mundo estaba en una etapa autoritaria, fue muy útil durante el periodo de las Guerras de Liberación Nacional para jugar al equilibrio entre los bloques soviético y americano, al extremo de permitirle a México servir de salvavidas a la Revolución cubana.
Como muchas otras herencias de ese régimen, ahora resucitadas, para lo que se usa es para aislarnos lo más posible.
Otra vez estamos en una época autoritaria a nivel global, y apelar a la doctrina no parece muy necesario, sin embargo, lo curioso del caso es que, por primera vez, el gobierno mexicano ha optado por sí intervenir en los asuntos internos de los demás.






