El corazón del "Popo" al descubierto: La UNAM revela la primera radiografía 3D del coloso

Una misión contra la incertidumbre
El proyecto, liderado por Marco Calò del Instituto de Geofísica de la UNAM, superó desafíos extremos.
Los investigadores no solo enfrentaron el clima impredecible y el peso de equipos sofisticados a más de 5,000 metros de altura, sino también la amenaza constante de explosiones.
Hasta ahora, las imágenes del subsuelo del Popocatépetl eran contradictorias y de baja resolución, esto representaba un vacío de información crítico, considerando que 25 millones de personas viven en un radio de 100 kilómetros del cráter.
Tecnología de punta para "escuchar" la tierra
Para obtener este mapa, el equipo amplió la red de monitoreo a 22 sismógrafos que rodean el perímetro volcánico, estos sensores captan vibraciones 100 veces por segundo, generando una montaña de datos que fue procesada mediante Inteligencia Artificial.
"Le enseñamos a la máquina a distinguir entre los diferentes tipos de temblores del volcán", explica Karina Bernal, investigadora del proyecto.
Gracias a estos algoritmos, pudieron identificar qué materiales hay bajo tierra, su temperatura y su estado físico.
¿Qué hay realmente bajo el volcán?
Olvídese del dibujo escolar de una chimenea recta conectada a una sola bolsa de fuego, la tomografía sísmica 3D (que alcanza los 18 km de profundidad) revela una estructura mucho más compleja:
- Cámaras múltiples: El magma no está en un solo lugar, sino distribuido en diversas "bolsas" a distintas profundidades.
- Barreras sólidas: Entre estas zonas de magma existen capas de roca y material sólido.
- Inclinación estratégica: Se detectó una mayor concentración de material volcánico hacia la zona sureste del edificio.
Un gigante con historia
El Popocatépetl actual tiene unos 20,000 años de antigüedad y ha estado en una etapa de actividad constante desde 1994.
Más allá del peligro, Calò destaca la fascinante historia del volcán: desde su "pequeña Pompeya" en el siglo I (que enterró el pueblo de Tetimpa) hasta la curiosa erupción de principios del siglo XX provocada por humanos que extraían azufre con dinamita.
Este nuevo mapa tridimensional no es solo un logro científico.
Es una herramienta vital que permitirá a las autoridades mejorar los protocolos de emergencia y entender mejor los ritmos de este gigante majestuoso que vigila el centro de México.






