Lacerante y contrastante realidad
Les platico:
Olvídense de si la mujer que ilustra este artículo recibió la ayuda que sus atrofiados dedos pedían en el quicio de una puerta. Que así lo fue, más nunca la suficiente para arrancarla de esta vida que tanto le pesa y cuyos días hace mucho perdieron sus nombres.
También olvídense de saber dónde logré esta escena, pues a escasos metros de semejante oscuridad, ondeaba al aire el colorido mexicano en la forma de miles de pequeñísimos pendones colgados de una calle vecina.
Lo que les pido no olvidar es que tan brutales contrastes DETONAN todos los días en un país que parece no haber vivido YA lo suficiente para frenar de un golpe semejante ignominia.
- Casi 11 millones de nuevos pobres languidecen en los últimos cuatro años en México, al mismo tiempo que muchísimos otros enquistados en la política florecen gracias al único mérito de ser leales al presidente en turno y seguir ciegamente sus arengas doctrinales.
- Millones languidecen sin la más mínima seguridad de un servicio médico, mientras los privilegiados florecen despilfarrando groseramente nuestros impuestos en su beneficio, en el de sus amigos y familiares y en el de proyectos inútiles que se chupan al erario y secan a un país que soñamos rico y despertamos cada vez más jodido.
- Languidecen las vidas de los que solo existen para las propagandas oficiales que pregonan bienestar, y florecen los que usan arteramente el bastión del pueblo y de los pobres, para lograr conquistas electorales.
- La vida de millones de compatriotas languidece en testimonios como el de ésta escena y florece en la de los estúpidos alcaldes que tiran la casa por la ventana en sus rimbombantes informes de gobierno, siendo que no son capaces siquiera de sincronizar unos semáforos, y aún así sueñan con ser senadores y luego hasta gobernadores.
- Languidece en la de quienes denunciaron valientemente a uno que sacó poquitos más votos que el otro el pasado 5 de junio en Tamaulipas, y -en contraste- florece en la del tipo que fue calificado por el presidente como "gente decente"; suficiente mérito para ser gobernador.
- Languidece en la del único ministro del poder federal electoral que se atrevió a presentar un proyecto en contra de que ese tipo llegara a la gubernatura, y florece en la de sus colegas miedosos y aterrados que se doblaron ante el poder del régimen y dieron a luz a un nuevo engendro de Morena investido de gobernador.
- Languidece en la de comerciantes aspiracionistas que a duras penas rentan un carrito para vender nieves o tacos en la plaza y florece en la de las miserables bandas de delincuentes que les piden como "piso" la mitad de sus ventas, si no quieren aparecer mañana tirados -o algún familiar- a media calle con tres balazos metidos en la espalda.
- Languidece en la de miles que son timados todos los días por estafadores o timadores o viles embusteros, que contratan con la verdad por delante y esperándola a cambio, a quienes se disfrazan de contratistas, cuya vida florece con los anticipos que cobran de un trabajo que nunca realizan.
CAJÓN DE SASTRE
"Languidece la vida de México con un presidente que solo piensa en elecciones, y florece la de otros que piensan en generaciones", remata la irreverente de mi Gaby.