
Desde esta ciudad que les da refugio, que el Premio Nobel que recibirá el miércoles en Noruega “es mío”, “es nuestro”.
Una manifestación única, porque jamás volverá a vivirse un fin de semana previo a un evento así.
“María Corina ha sido capaz de convertir la causa de Venezuela en una causa global”, dijo en la Plaza España José Antonio Vega, coordinador aquí de Vente Venezuela, el partido de María Corina.
Como uno más en la multitud, con jeans viejos y chamarra de plumón The North Face, el célebre opositor desterrado Leopoldo López, no siempre afín a las formas de María Corina, entregó esta vez frases inequívocas: sentimos esperanza y nos vemos reflejados en el reconocimiento a ella.
Concluida la manifestación, las antorchas diluyéndose por la Gran Vía, el Instituto Nobel confirmaba que María Corina estará en Oslo el miércoles.
Lo que ocurra después, el todo, la nada, la vida, la muerte, quedará marcado por este premio y este momento de la historia.
El de una mujer, norte y guía, que el miércoles hará resonar su idea sencilla: es hora ya de una transición justa y pacífica de la dictadura a la democracia en Venezuela.






