Wolfgang Amadeus Mozart: fundador del Imperio Austro-Húngaro
Gracias a Mozart, a su música y a sus presentaciones, Austria logró un apogeo económico envidiable para su época.
Su capital, Viena, se convirtió, gracias a Mozart, repito, y a sus presentaciones y conciertos, en la cuna universal de la música clásica, tanto, que el mismo Beethoven, a pesar de haber sido alemán por nacimiento, decidió radicar en Viena, y enriquecerla aún más, cultural y económicamente.
Y más aún, cuando la emperatriz Carlota, la viuda de Maximiliano de Habsburgo, volvió a Austria después de haber sido perdonada por el Gobierno mexicano por malos manejos de su mencionado esposo, regresó, repito, con toda la experiencia política, cultural y económica que adquirió acá en México.
Al hacerlo, empoderó aún más a Austria y a su capital Viena, que gozaba de todos los beneficios que le heredó Mozart en su momento, y así, al aliarse con Hungría, consolidaron uno de los Imperios modernos más poderosos de la Historia: el Imperio Austro-Húngaro, tanto, que fue necesaria toda la Primera Guerra Mundial para debilitarlo.
Por supuesto que Mozart supo todo el beneficio político y económico que le daría a Austria, y a su capital Viena, al heredarles su genialidad, fue un gran visionario también, y claro que sabía que con esa nombrada genialidad, generaría tanta envidia entre sus contemporáneos, que decidieron, consecutivamente, que su cuerpo, al morir prematuramente, se perdiera en una fosa común, para que no fuera venerado como debió haber sucedido.
La existencia de Mozart es un gran ejemplo de que la genialidad no se puede borrar de la Historia, por más que lo intenten, y más aún, si esta genialidad generó prosperidad económica como fue el caso de Viena, cuando en sus auditorios se cobraban costos exorbitantes por asistir a una ópera del inigualable, hasta ahora: Wolfgang Amadeus Mozart.
Nota cultural agregada:
La película “Amadeus”, protagonizada por el actor Tom Hulce, sobre la vida de Mozart, aunque no muy apegada a la realidad histórica del genio compositor, sí muestra la extravagancia y el derroche económico de Viena en esa época dorada de la música clásica del austriaco Mozart.