Héctor Parra es un delincuente y punto. Si ha trabajado como actor, es algo totalmente irrelevante si de lo que se trata es de observar su situación legal tal y como es establecida por un juez. Ni siquiera tendría que ser materia de discusión, y si lo es en estos momentos, es por obra y gracia de las redes sociales, que naturalmente no están capacitadas para abonar opiniones más allá de la sentencia establecida por un juez.

Al mismo tiempo que se desarrolla el proyecto del Tren Maya, se sigue aplicando una política de discriminación racial y económica que ubica a los pobladores de esa región bajo el término de "mayitas" y los condena a ser peones meseros lavacoches o mandaderos de los grandes hoteles, en tanto que los dueños de las grandes cadenas hoteleras suelen ser extranjeros; esa es una más de las paradojas de la llamada Cuarta Transformación.