A 10 años de la tragedia del Casino Royale
Hoy, 25 de agosto, recordamos que ya han transcurrido diez años de la terrible tragedia del Casino Royale, la cual tiene muchos puntos de vista para su análisis, como puede ser los motivos que tuvieron las personas de la delincuencia organizada para causar este hecho, los antecedentes de si tenía o no permiso este establecimiento, si la industria del entretenimiento es buena para la comunidad o no, entre otros.
Recuerdo que algunos organismos de los que se dicen ciudadanos pero que en realidad representan solo los intereses de sus patrones, acuñaron la frase: “Ni un Casino más”, con la escasa visión de que el problema no fue el tipo de negocio; claro que si el negocio fuera de sus patrones, el punto a tratar seria otro, ya ve usted como son, le pegan a quien no les favorece.
En este espacio no vamos a tratar los resultados de los expedientes de investigación, ni los procesos judiciales o si encontraron a los verdaderos responsables y si están detenidos... Al final, el sentir de la gente, sobre todo los familiares de la víctimas es que no ha ocurrido la justicia, como en muchos casos en nuestro estado y nación, sobre todo en casos de gran relevancia donde intervienen organizaciones criminales.
Tampoco veremos que si hubo o no corrupción en la expedición de los permisos para instalar un negocio de este giro: que si el permiso de Gobernación era bueno o clonado; así tampoco entraré al estudio del uso de suelo o si cumplió o no con los lineamientos de seguridad, es obvio que no.
Hoy quiero invitar a la reflexión: ¿Qué hemos avanzado para que no vuelvan a ocurrir tragedias de esa magnitud en nuestro estado?.
Sabemos que la Dirección de Protección Civil ha sido un ente al servicio de ciertos personajes que lo único que ven en el servicio público es como resolver sus necesidades económicas y se olvidan de ser servidores públicos. A partir de esta premisa, nos encontramos con una dependencia que tiene muy poca capacidad instalada, que se pierde entre lo operativo y lo técnico, que no tiene una vocación de prevenir ni de hacer cultura porque la política pública que se sigue ha sido errónea.
De entrada, el lugar donde está ubicado el establecimiento, la forma de guardar los equipos, el almacenamiento de materiales y herramientas (en algunos casos casi a la intemperie), con un espectro de competencia muy amplio en los giros y tamaños de edificios y lugares de concentración de personas, la falta de personal especializado para poder inspeccionar los negocios y, para rematar, su actuar es reactivo sobre denuncias o reportes, algunos de mala fe sobre vecinos incómodos o para dar pie a la pepena, coperacha o moches.
Ahora, en la víspera del inicio de una nueva administración estatal, hace falta que el gobernador Samuel García tome cartas en el asunto y no deje de lado esta área tan importante, la cual debe estar enfocada en la prevención de siniestros desde la cultura y capacitación oportuna. Hay que ver cómo disminuir riesgos y, donde los haya, apoyar para mitigarlos de manera que la exposición al riesgo y el probable impacto sea reducido o controlado.