Asimetría profesional y académica

Cifras revelan la PREOCUPANTE asimetría entre la formación de habilidades y capacidades profesionalizantes y las necesidades del mercado laboral de México.

Recientemente, la consultora en temas laborales y de capacitación profesional ManpowerGroup señaló en un estudio que 74% de las empresas en México tienen problemas para reclutar talento profesional.

En este mismo sentido, 55% de las personas desocupadas que no encuentran empleo, cuentan con estudios de nivel medio y superior, según INEGI esto representa 1.1 millones de personas, siendo las mujeres las más afectadas...

...ya que 62% de ellas con estudios de bachillerato o licenciatura se encuentran desocupadas; mientras que, en el caso de los hombres dicha cifra alcanza 51%.

Otra disparidad de género

Estas cifras revelan la asimetría entre la formación de habilidades y capacidades profesionalizantes y las necesidades del mercado laboral; previo a la pandemia, se habían afirmado nichos de mercado laboral muy definidos en el sector de los servicios, específicamente los turísticos; sin embargo, con las olas de COVID-19, estos mercados en consolidación migraron a las áreas de los servicios médicos y los cuidados, el desarrollo digital, programación y los alimentos.

Los vaivenes del mercado laboral siempre han condicionado la existencia de puestos de trabajo específicos y bien remunerados; por otra parte, estas condiciones están mudando con mucha rapidez y la formación académica se encuentra rezagada de las necesidades del mercado, como lo muestran los datos anteriormente expuestos, lo cual abre una discusión:

¿Quién impone la agenda escolar? O mejor aún, ¿cómo deberían ser los ritmos del mercado laboral?... para que estos determinen los contenidos temáticos de la formación académica.

 

La asimetría existente es innegable.

Si bien también es cierto que una educación sólida deriva en la formación de una persona capaz de adaptarse a las modas laborales o a las necesidades efímeras del mercado, la realidad es que también es necesario señalar que la actualización y capacitación permanente de las personas es una tarea ineludible y un compromiso personal con el proyecto de vida que se ha elegido.

Las redes de contactos, las recomendaciones siguen siendo el principal vehículo para la obtención de puesto de trabajo, la preparación académica es básica, hasta cierto punto, ya que entre más preparado se encuentre una persona, paradójicamente cuesta más trabajo encontrar una vacante laboral bien remunerada.

Los cambios emprendidos en nuestro país en materia educativa parecen estar ajenos a las necesidades del mercado y la economía global.

Mientras se hace necesario la formación de ingenieros y programadores, el énfasis en los planes de estudio es de carácter humanista, los cambios emprendidos en las currícula académicas poco se orientan a las tendencias globales en la formación de capital humano con una sólida formación en matemáticas y ciencias, de hecho las materias relacionadas con estos ámbitos del conocimiento han visto reducido el tiempo en aulas.

México camina en sentido contrario en muchas áreas de su desarrollo; no obstante, en lo que se refiere a la educación es urgente advertir que se está sacrificando una generación completa, la cual retrasará el desarrollo nacional e impedirá mejorar las condiciones de millones de habitantes.

Alberto Martínez Romero

Licenciado en Periodismo y Comunicación Colectiva por la UNAM. Tiene un MBA por la Universidad Tec Milenio y cuenta con dos especialidades, en Mercadotecnia y en periodismo de investigación por el Tec de Monterrey. Tiene diversas diplomaturas en Habilidades Gerenciales por la Universidad Iberoamericana y se ha especializado en Relaciones Públicas y Atención de Crisis en Comunicación. Ha sido reportero y editor en medios como Reforma y El Universal. Fue corresponsal en Centroamérica para Reforma y Notimex. Colaboró en la realización del libro “La Huelga del Fin del Mundo”, de Hortensia Moreno y Carlos Amador, primer libro que se escribió sobre la huelga estudiantil de 10 meses en la UNAM en 1999.