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Cómo jugar las próximas elecciones

Óscar Tamez DETONA aquí: Una campaña exitosa, repetida en la siguiente contienda se puede convertir en desastrosa...

Una contienda electoral puede tener diversos enfoques, en lo que todas coinciden es lo relativo a que las circunstancias del momento determinan una campaña ganadora frente a una perdedora.

Una campaña exitosa, repetida en la siguiente contienda se puede convertir en desastrosa, ello se debe a las circunstancias de la geopolítica en donde se contiende.

Básicamente, las contiendas pueden ser a partir de principios, es decir los valores en cotejo por posicionamientos ideológicos, significa enfrentar una visión del Estado contra otra opuesta. También se puede organizar una campaña electoral conforme a temas programáticos, es decir, una contienda en donde se ofrece al electorado la solución a problemas concretos.

Una tercera forma de estructurar una contienda es a partir del papel que se juega, oficialista u oposición.

Soy convencido que las contiendas electorales 2024 en México, serán a partir de fundamentos ideológicos, es decir, la disputa entre izquierda y derecha o mejor dicho, socialistas y liberales o progresistas contra conservadores.

La 4T se ha encargado de ideologizar el debate político, todo se mueve en rededor de partidarios de las izquierdas vs. partidarios de las libertades.

Por supuesto que los radicalismos son nefastos porque son excluyentes entre sí y un país como el nuestro requiere de inclusión, no de exclusión.

 

Las contiendas que inician a finales del 2023, a diferencia de otras, se disputarán con gran carga ideológica, bueno, ideología ligth o de pulga”. Le llamo así porque lo que nos ofrece la 4T no es una ideología política clara, su proyecto se basa en jugar con la historia.

Mantiene una estrategia de autonombrarse “los liberales”, lo cual es un error pues la izquierda mexicana es igualitaria.

A los rivales les apoda conservadores, lo cual también es un error pues los conservadores actuales son los liberales.

La estrategia es clara, reviven el discurso escolar y ante la poca o nula lectura de los mexicanos, se difunden medias verdades y medias mentiras.

Todos, incluyendo a los menores, aprendimos que los liberales fueron los buenos en los libros de historia de México del siglo XIX, esos liberales eran de izquierda; en contraparte estaban los conservadores que eran los de derecha, los absolutistas.

Bajo esta premisa, el discurso disruptivo y de confrontación en la 4T pretende provocar una disputa de izquierda vs. derecha, al fin de cuentas, en el imaginario colectivo todos recuerdan que la derecha era la mala en los libros de texto cuando se leía la historia de México.

En ese entorno, el partido en el gobierno lleva ventaja pues la oposición no ha sabido definir su discurso, no han establecido el enfoque desde dónde abordará la contienda electoral.

En este momento el debate está ganado por el oficialismo, se ha logrado sembrar la idea que la derecha liberal es la mala tal cual sucedió hace dos siglos, algo que es falso y manipulador.

Si la oposición pretende hacer una campaña programática o de golpeteo al gobierno, tendrá un difícil camino rumbo al triunfo. La gente no quiere escuchar de proyectos que luego no se cumplen.

Una campaña de promesas no ganará votos en el 2024, tampoco es la mejor opción la campaña de contrastes porque la imagen presidencial es inamovible frente a los ataques, al menos así ha sido en cuatro años.

La 4T ganó el terreno donde se jugarán las contiendas, la sociedad debe saber que su propuesta es un socialismo siglo XX y eso, eso acaba con la clase media, esa donde están la mayoría de los votantes.

Los autoritarios están en el renacido socialismo.
Óscar Tamez

Expresidente de la Sociedad Nuevoleonesa de Historia, Geografía y Estadística. Ganador del “Premio Estatal de Periodismo 2008” al mejor editorialista del año; de la “Medalla Israel Cavazos Garza” a la investigación histórica. Desde hace 23 años es periodista, locutor, catedrático de varias universidades,  consultor político e investigador histórico. Miembro del Consejo Consultivo Externo de la Facultad de Comunicación de la UANL.