“…De extrema izquierda, pero dentro de la Constitución”

Para los muy jóvenes les recordaré las palabras que encabezan estas líneas  y que fueron pronunciadas en 1960 por el Presidente López Mateos ante la pregunta sobre el alineamiento de su régimen de gobierno: “…de extrema izquierda, pero dentro de la Constitución”.

Para entender la visita del nuevo títere de los Castro, quién finge como presidente de Cuba, Díaz-Canel y la actitud de nuestro presidente ante tales hechos baste repasar algunas cosas.

Hasta ahora, a la mitad de su mandato López Obrador ha sido fiel a su concepción de gobierno ideal, el de aquella época de oro de la política mexicana definida por un gobierno presidencialista autocrático- paternalista, con un partido donde cabían  todas las corrientes de intereses y de pensamiento, una oposición dócil y de artificio para que al menos se escucharan otras ideas, y todo un aparato de leyes que nacían todas muertas.

“Papa gobierno” lo tutelaba todo y si sabías agacharte y comprender como trabajaba el sistema todos tenían su pedazo de poder y riqueza.

Todo estaba financiado por el petróleo y la cercanía de la economía mas grande del mundo que no paraba de requerir todos los recursos materiales y humanos que se nos pueden ocurrir.

Todos los presidentes mexicanos de la era de la Guerra Fría supieron aprovechar la  vecindad de México con los EEUU en relación al juego geo político imperante con la URSS.

Desde 1947 en territorio mexicano operaban espías y agitadores profesionales de todas las corrientes, pero sobre todo de la CIA y la KGB.

La historia registra con precisión las tareas especificas que se imponían  ante las amenazas que observaban https://www.loc.gov/item/powmia/pwmaster_93503/

Para sobrevivir en el centro de la guerra de los colosos EEUU y la URSS, todos los gobiernos mexicanos siempre han “prendido la direccional izquierda, pero metiéndose por la derecha” y así obtuvieron algunas ganancias marginales en la batalla.

 Ahora no es la excepción. Desde que Rusia y el COMECON dejo de financiar la gran mentira cubano castrista, los hermanos Castro comenzaron a buscar nuevas fuentes para alimentar su aventura político-económica sin importarles recurrir al chantaje  de los demás gobiernos de Latinoamérica.

La economía cubana es insostenible y secan a cualquier otra que se apreste a inyectarle recursos.

México no es la excepción, es fecha que no sabemos cuánto dinero le ha entregado el gobierno mexicano al cubano desde el arribo al poder de los Castro y hasta nuestro días.

No obstante se puede estimar con la información prevaleciente

https://journals.openedition.org/cal/1206

dado el desastre que significo la Caída del Muro de Berlín y el destete cubano de Rusia.

Cuba mantiene intacta su capacidad subversiva extraterritorial

https://www.nexos.com.mx/?p=49024

que ha sido el origen de no pocos de los grandes conflictos que se han padecido en la región de América Latina.

Aún se discute hasta donde Cuba ha estado envuelta en el tema de narcotráfico hacia los EEUU http://www.scielo.org.co/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0121-50512005000100009

La enorme diferencia de aquel “glorioso” periodo de la historia reside en que ahora el mundo es otro y se esta moviendo no hacia la izquierda, vamos, ni China dizque comunista cree en la viabilidad del socialismo al estilo maoísta para mejorar las condiciones de vida de su población, mas bien, en aprovechar las debilidades de los EEUU y las oportunidades de todo un mundo orientado a la competitividad.

La reciente cumbre de la CELAC mostró la pobreza de ideas y métodos de Latinoamérica para subirse en la tendencia que está moviendo a la economía mundial y a la geo política, en tanto nuestros líderes aspiran a no sabemos qué modelo de futuro para sus naciones.

Por lo pronto nuestro gobierno acaba de recibir un balde de agua fría por tratar de ganar un reconocimiento basado en una visión arcaica de la realidad que impera en el cono sur inspirada por supuesto en sostener viva a la dictadura cubana.
Carlos Chavarría

Ingeniero químico e ingeniero industrial, co-autor del libro "Transporte Metropolitano de Monterrey, Análisis y Solución de un Viejo Problema", con maestría en Ingeniería Industrial y diplomado en Administración de Medios de Transporte.