La ABM, retos y perspectivas 2023 - 2025

Se formalizó la designación de Julio Carranza Bolívar como nuevo presidente de la Asociación de Bancos de México (ABM).

Hace una semana concluyó la 86 Convención Bancaria, la cual se realizó en Mérida, Yucatán.

Durante dicho evento se formalizó la designación de Julio Carranza Bolívar como nuevo presidente de la Asociación de Bancos de México (ABM), para el periodo 2023 – 2025.

En las reuniones de trabajo, el nuevo presidente de la ABM indicó que la consolidación de un sistema bancario que genere mayores oportunidades para todos y que impulse el crecimiento de México, era el compromiso y el reto que asumía.

Para ello, estableció tres estrategias:
  1. Una banca que continúe creciendo en el otorgamiento de crédito.
  2. Una banca más cercana a la gente, que la escuche y que la atienda.
  3. Menores costos de transacción para beneficio de todos.

En lo que se refiere a la primera estrategia, el nuevo presidente indicó que el crédito bancario al sector privado ha crecido durante las dos últimas décadas.

Reconoció que ello no habría sucedido sin el cuidado de las finanzas públicas y de la buena salud del sistema financiero que ha realizado la autoridad hacendaria. Lo que incluye el respeto a la autonomía del Banco de México y su esfuerzo para contener la inflación.

Agregó que el papel fundamental de los bancos es servir a las personas y a las empresas, captando recursos del público ahorrador y colocándolo en forma de créditos, atendiendo de esta forma a todos los sectores de la economía y a las necesidades de las familias mexicanas.

Al cierre del año pasado, con cifras del Banco Mundial, informó que el crédito al sector privado alcanzó 40% del Producto Interno Bruto; no obstante que dicha cifra duplica los registros alcanzados hace 20 años, aún se encuentran por debajo de las proporciones de 54% del PIB de Colombia, 70% de Brasil o 109% de España.

Cabe señalar, dijo Julio Carranza, que la mitad del crédito otorgado al sector privado se destina a las empresas, 40% a las familias y sólo 10% al sector gubernamental.

Más aún, precisó, las PYMES que contribuyen con 8 de cada 10 empleos en México, sólo reciben 15 de cada 100 pesos del crédito.

Ello es resultado de que muchas de las PYMES se encuentran en la economía informal, su historial crediticio es reducido y representan un mayor riesgo de crédito, por lo que los montos a los cuales pueden acceder no resultan atractivos.

"Una banca que preste más y mejor, es una banca que impulsa un crecimiento más dinámico e incluyente de nuestra economía", afirmó Carranza.

Segundo: una banca más cercana a la gente.

El presidente del gremio bancario dio a conocer que en México sólo 56 millones de adultos cuentan con un producto financiero, lo que significa que 27 millones de mexicanos no forman parte del sistema financiero.

Una forma de atajar este déficit es mejorar los programas de educación financiera y hay que hacerlo desde la infancia. Para ello, dijo, resulta de vital importancia mejorar la comunicación con las nuevas generaciones y recurrir más a las estrategias digitales, como puede ser el desarrollo de alcancías digitales, que puedan ir educando financieramente a la infancia mexicana.

Esta migración de tendencias y uso de las nuevas plataformas digitales ha hecho que las sucursales, que antes atendían la mayoría de las transacciones bancarias, hoy se han convertido en puntos de asesoría. Hoy la banca cuenta con más de 12 mil sucursales y 50 mil puntos de corresponsalía, es decir, 62 mil puntos de atención física; además de 60 mil cajeros automáticos.

Julio Carranza dijo a los banqueros que al cierre del año pasado alcanzaron la cifra de 72 millones de contratos de banca móvil, es decir, casi el triple de la que existía en diciembre de 2018.

La banca digital permitió a los clientes realizar poco más de 4,000 millones de operaciones en 2022, de las cuales dos terceras partes se hicieron a través de un teléfono celular y una tercera parte a través de un portal web. Esta cifra es 2.3 veces mayor que la operación digital que existía en 2018.

El tercer tema es contar con menores costos de transacción para todos.

La banca digital no solamente es más rápida y segura, también es más eficiente y permite reducir significativamente los costos de transacción.

En este sentido, destacó que la banca invirtió en 2022 más de 30 mil millones de pesos en tecnología y seguridad cibernética, además de 1.4 billones de pesos invertidos en capital y la intensa competencia para ofrecer los mejores servicios a nuestros clientes.

En su discurso como nuevo presidente, Carranza Bolívar destacó también la aparición de nuevas empresas no bancarias (las fintech), todas con un alto grado de tecnología y, frente a ello, los bancos han estado transformándose y compitiendo con mejores productos y servicios. Resaltó que es necesario que la aparición de estas plataformas se dé en igualdad de condiciones que los bancos y con las mismas reglas, cuando se trata de los mismos productos y servicios.

Finalmente, apuntó que impulsar y consolidar los servicios financieros digitales y el uso de medios de pago electrónicos en lugar del efectivo: 

  • Disminuirá los costos de transacción.
  • Propiciará la formalización de la economía y las condiciones favorables para un sistema bancario que genere mayores oportunidades para todos y que impulse el crecimiento del país.

Hay mucha confianza en su discurso.

Alberto Martínez Romero

Licenciado en Periodismo y Comunicación Colectiva por la UNAM. Tiene un MBA por la Universidad Tec Milenio y cuenta con dos especialidades, en Mercadotecnia y en periodismo de investigación por el Tec de Monterrey. Tiene diversas diplomaturas en Habilidades Gerenciales por la Universidad Iberoamericana y se ha especializado en Relaciones Públicas y Atención de Crisis en Comunicación. Ha sido reportero y editor en medios como Reforma y El Universal. Fue corresponsal en Centroamérica para Reforma y Notimex. Colaboró en la realización del libro “La Huelga del Fin del Mundo”, de Hortensia Moreno y Carlos Amador, primer libro que se escribió sobre la huelga estudiantil de 10 meses en la UNAM en 1999.