Agua: El nuevo fuego

No obstante, muy pronto, bajo esta demanda originaria, se sumó un reclamo de justicia social cuyo núcleo fue uno: la tierra.
Más de un siglo después, se comienza a perfilar un entorno semejante.
Una minoría gobernante, cuya base dura son unos 30 millones de personas de un país de 130 millones, está centralizando el poder y previendo perpetuarse al costo que sea.
En este proceso de regresión autoritaria, el gobierno comienza a crear una atmósfera de reclamo sobre un recurso central: el agua.
Si hace 100 años el estallido social fue en torno a la tierra, hoy el agua está siendo el catalizador de las movilizaciones contra el régimen.
La concentración de autorizaciones sobre el uso agrícola es un tijeretazo a la libertad y un condicionamiento político a los usuarios.
Sobre esa inconformidad, el gobierno de Estados Unidos reclamó la cesión de 249 millones de metros cúbicos que presuntamente México le adeuda. El gobierno mexicano reviró pidiendo una negociación en una mesa que se instaló ipso facto.
El sábado, el gobierno patriota declaró que había llegado a un “acuerdo” con Estados Unidos. Entregará 249 millones de litros cúbicos.
El arreglo, así, fue doblarse ante la exigencia de Estados Unidos.



