En honor a Mauricio Fernández Garza
Tuve la oportunidad y el gusto de conocer a Mauricio Fernández Garza, personaje distinguido y extraño por su profundo amor a las artes en todas sus expresiones.
Más lo admiré por su entrega total al servicio de la comunidad.
Mauricio nació en cuna de pañales de seda. Siendo nieto de Don Roberto Garza Sada y sobrino-nieto de Don Eugenio Garza Sada.
Viniendo de este linaje, pudo haber vivido sin mayores problemas en cualquiera de las industrias que pertenecen a su distinguida familia.
Pero en vez de vivir en la comodidad de cualquiera de sus empresas, entregó vida alma y su ser a la comunidad de San Pedro Garza García, municipio del cual fue alcalde en cuatro ocasiones.
Sacrificó sus tiempos vacaciones, sus tiempos de deportes y de antojos para dedicarse en cuerpo y alma al servicio de la comunidad, sin necesitarlo, sin esperar compensación alguna, sin esperar algún aplauso.
Prefirió el riesgo de crítica, sin la esperanza de un beneficio personal.
Fue una entrega total sin reservas a una comunidad a la cual ni siquiera tuvo oportunidad de conocerla, pero percibía con claridad que ahí estaban y que necesitaban mucho.
Ese espíritu de generosidad ilimitada solo se ve en los grandes hombres como Mauricio Fernández Garza fue en vida.