Éxodo: La Última Marea - Tides: The Colony / Alemania y Suiza, 2021

Director: Tim Fehlbaum. Guión: Tim Fehlbaum y Mariko Minoguchi. Actores: Nora Arnezeder, Ian Glen, Sarah-Sofie Boussnina. DOS ESTRELLAS.

Éxodo: la Última Marea, una producción alemana/suiza es una visión de un futuro distópico sobre una Tierra ya devastada y arruinada, con la población más acomodada huyendo a otro planeta.

Se supone que dichos exiliados construyen en Kepler 209 (un sistema planetario a mil 913 años luz de distancia), una sociedad perfecta basada en la filosofía de “el bien común”; dos generaciones después, buscan regresar a la Tierra porque la radiación nativa ha terminado con la fertilidad de hombres y mujeres.

La trama es una especie de Mad Max mezclado con Waterworld, viajes interplanetarios y la idea eterna que solitos tenemos la capacidad de arruinar nuestro mundo.

Nora Arnezeder es Blake, miembro de una segunda partida de investigación para ver la factibilidad de volver a la Tierra, pero por alguna manera u otra, todo termina con la expedición accidentándose al aterrizar.

Todo se resume en que hay sobrevivientes aún por encima de las catastróficas condiciones del mundo y que a lo mejor no sería bueno que los humanos en Kepler regresen a casa.

La ciencia ficción que maneja Éxodo: la Última Marea es un poco confusa y muy al estilo de las películas de los 50s y 60s, donde la ficción está por encima de la ciencia.

Por comodidad para la historia, suceden demasiadas cosas que dejan agujeros en la trama, de repente es lenta y de la nada como que le cortaron 15 minutos y salen los créditos, y se acabó porque se acabó.

Si el sistema Kepler está tan lejos, casi a 2 mil años luz, debería ser sinónimo de gran capacidad tecnológica, suficiente para mover miles y miles de gente de la Tierra al espacio, pero lo único que vemos son cápsulas tipo Apolo, las que fueron a la Luna.

El proceso de la historia es confuso. Primero es “sí hay que avisar a Kepler”, luego es “no hay que avisar”, luego otra vez “sí hay que avisar” y total al final es “avisamos, pero no avisamos… exageran”.

Y se pierde mucho en la elección de filmar entre niebla y más niebla, poca ambientación y pálidos colores. Agua y mareas y desechos del pasado abandonados en el lodo.

Lo único filosófico es que la élite que escapó de la Tierra se auto condenó a un exilio de extinción, cuando la Tierra tiene la bendita capacidad de regenerarse sola y sanar a sus habitantes si la dejan trabajar, y la dejan de lastimar y explotar.

Mi punto es que Éxodo pudo ser un segmento de la serie de Netflix: la de Love, Death and Robots. Un episodio de 20 minutos donde fácilmentetodo se hubiera acomodado bien y nada se hubiera extrañado.

Justo Elorduy Hevia

Nacido en 1958, año de estreno de El Puente Sobre el Río Kwai. Crítico de cine y por 34 años analista del género en el periódico El Norte. Amante de la magnificencia de la pantalla grande. Y no hay sustituto. Lo que se ve en la pantalla grande, se queda en la pantalla grande.