La oportunidad


Las crisis en las relaciones bilaterales suelen considerarse peligrosas y desestabilizadoras, con el potencial de escalar hasta convertirse en un conflicto más amplio. Sin embargo, esos momentos también presentan oportunidades únicas para que los jefes de Estado demuestren su liderazgo.
Cuando se maneja con visión y determinación, una crisis bilateral puede convertirse en un catalizador para la unidad, la movilización nacional e incluso el progreso a largo plazo.
John F. Kennedy y la crisis de los misiles de Cuba
Uno de los ejemplos más emblemáticos de liderazgo durante un enfrentamiento bilateral es la gestión de la crisis de los misiles de Cuba por parte del presidente estadounidense John F. Kennedy en 1962.
El descubrimiento de misiles soviéticos en Cuba llevó al mundo al borde de una guerra nuclear.
Sin embargo, la capacidad de Kennedy para sortear esta crisis demostró un liderazgo extraordinario, evitando una catástrofe y uniendo a los Estados Unidos en un momento de profunda ansiedad.




