La tragedia que viene...
Se van a echar la bolita unos a otros; ahí vienen las elecciones y nadie va a ser responsable, los afectados seremos nosotros, porque hasta los más pobres pagamos impuestos.
Les platico: Miguel Córdova llegó de Tabasco hace como cinco años y vive de la recolección y venta de botellas de vidrio y plástico en las inmediaciones del lugar donde cayó uno de los puentes elevados de la Línea 12 del Metro.
Al día junta entre $20 y $20; se gasta $11 en uno comedor comunitario y duerme abajo precisamente del puente que se colapsó, causando la muerte a 29 personas y dejando heridos a 70.
Se salvó de milagro porque esa noche -no del accidente, sino del producto de la negligencia- apenas escuchó el tronido de los fierros de las vigas, se levantó junto con un amigo con quien platicaba y se pusieron a salvo.
Ni sus cobijas alcanzaron a recoger. En segundos el lugar se llenó de escombros y de lamentos de gente atrapada dentro de los vagones que cayeron sobre un montón de vehículos, cuyos ocupantes tuvieron la desgracia de pasar justo en el momento del percance.
Miguel, de oficio definido por él mismo como "condición de calle", tiene varias ofertas de trabajo y otras muestras de la proverbial generosidad de los mexicanos.
Pero al día siguiente de la tragedia fue bien claro cuando dijo que la gente del gobierno juega con la vida de los mexicanos.
Todos los días se avienta entre seis y siete vueltas desde su "casa" hoy destruida, al pie de donde se desplomó al metro, recogiendo y yendo a vender las botellas de vidrio y plástico que recoge de la calle.
Es de los millones de mexicanos de pobreza extrema que no tiene un trabajo formal. Es joven, pero su semblante muestra los avatares de la vida.
Sólo, en la inmensa ciudad, se pregunta que va a ser de su vida porque... quienes les han ofrecido la chamba, no concretan aún nada....
CAJÓN DE SASTRE
"De accidente esto no tiene nada, es la consecuencia natural de quien cree que gobernar es pasársela baboseando en el discurso, la robadera y la campaña.. y otra vez la robadera", dice la irreverente de mi Gaby, apesadumbrada pero bien encabronada.